viernes, 15 de mayo de 2009

WILBERTO DELSO DÍEZ, EL CURA DE FABARA


Félix Población

Todos los que de adolescentes vivimos por aquellos años una similar trayectoria, cuando el cura Wilberto Delso se enfrentó a la jerarquía eclesiástica por su oposición al régimen franquista en su última etapa, sabemos que su caso no fue único ni aislado. Muchos tuvimos la oportunidad de conocer muy de cerca conductas similares y ejemplares. Por eso bien está hacer memoria histórica de quienes, desde la institución que bendijo la dictadura y la condujo bajo palio durante decenios, no sólo no comulgaron con sus principios sino que trataron de combatirlos en concordancia con su interpretación de la fe cristiana. En tránsitos tan oscuros como los vigentes, en que El Vaticano y el ríspido Rouco se empeñan en retrotraernos a las esencias más tridentinas, bien está celebrar el recuerdo de personas como Wilbelto Delso Díez, fallecido el pasado 21 de abril, y del que hoy Julián Casanova se ocupa en un artículo publicado en el diario El País. Pero más que el del historiador de la Universidad de Zaragoza, me ha interesado el que firma mi estimado Raimundo Lozano en El Heraldo de Soria por los detalles humanos que perfilan el retrato de quien fuera su amigo. Conmueve y reconforta que al funeral del cura de Fabara asistieran los 34 compañeros que fueron expulsados de su ministerio por el arzobispo Cantero Cuadrado por su solidaridad con Delso Díez. Eso sí, al respetable monseñor se le recuerda en su Huelva natal con calles y estatuas, según consta en la imagen:

"El pasado día 21 de abril fallecía, a consecuencia de un cáncer cerebral, nuestro buen amigo y paisano Wilberto Delso Díez, apenas cumplidos los 73 años de edad. Nacido en la pequeña localidad de Aliud, en el denominado Campo de Gómara, cumplidos apenas los ocho años se trasladó a Zaragoza con sus padres. Seminarista por vocación, acabó los estudios eclesiásticos. Ordenado sacerdote, después de cinco años en Gallocanta, pasó ya como párroco a Fabara, ese pueblecito en la comarca del denominado Bajo Aragón. Muy campechano él, se involucró pronto con la gente, no con todos, pues aquí también tuvo sus enemigos, esos contrarios a los cambios sociales. ¿Dónde no los hay? Feligreses hubo que aceptaron ciertas labores sociales, reuniones con los jóvenes, explicando sus ideas, reuniones en el hogar parroquial, explicando sus pensamientos filocomunistas -decían algunos-, hablando de Marx y de lo mal repartida que estaba la tierra. Aparte de esto, como hicieron no pocos sacerdotes, en sus ratos libres se dedicaba a coser balones y otras labores sociales, para ganarse algunas pesetillas, dado el exiguo sueldo, me tiene explicado alguna vez.

Quién no recuerda aquella época, cercano el mayo del 68, cuando no pocos jóvenes sacerdotes se comprometieron en eso de los compromisos sociales, la llamada Teología de la Liberación. Denunciados por aquel arzobispo Pedro Cantero Cuadrado, de la noche a la mañana fue expulsado, él y 34 sacerdotes más, en el denominado ‘Caso Fabara’. Cesado como sacerdote, se hizo profesor de autoescuela, y además estudió Sociología en la UNED, lo cual demuestra su voluntad de trabajar al servicio de los demás, como un ciudadano cualquiera. Buena persona siempre.

Ha vivido muchos años con su madre y varias hermanas, en la casa donde yo resido, de ahí que puedo dar fe de su humano comportamiento como persona y convecino. A pesar de aquella injusticia, hombre bueno que era, nunca un enfado, un insulto hacia aquellos que lo denunciaron por enseñar justicia a los jóvenes, educación y cultura para una vida mejor. Predicar con el ejemplo. De ahí uno de sus trabajos, cosiendo balones, o ciertos trabajos en una granja. También colaboró con el sociólogo Gaviria en un libro, ‘El Bajo Aragón Expoliado’.

Hombre tranquilo y bueno, su muerte ha sido rápida, pero muy sentida por todos cuantos lo trataron de cerca. A su funeral acudieron aquellos 34 sacerdotes expulsados, incluso el alcalde de Fabara. Le mordía el silencio sobre aquella injusta expulsión. Que después de casi cuarenta años el Vaticano no diese una respuesta concreta sobre aquel manipulado caso, que fue cerrado en falso".

RedDIARIO
En la muerte de un amigo. (Atrio).

3 comentarios:

Unknown dijo...

Muchísimas gracias por tu testimonio y tus palabras para los auténticos cristianos.

Salud!

FP dijo...

Gracias a ti y sobre todo a ellos

EDEL dijo...

Todos los días me encontraba con un cura igual al que citas, seguía ejerciendo, pero pensaba que su Papa no reflejaba a Cristo Jesús.

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