lunes, 18 de mayo de 2009

EL PREMIO CERVANTES SE QUEDA SIN BENEDETTI


Félix Población

Lo dijimos en este Diario con ocasión de la concesión del Premio Cervantes al poeta y periodista argentino Juan Gelman. También entonces, como en muchas otras ediciones, sonó el nombre de Mario Benedetti como candidato. Pero no pasó de ahí. Fue, definitivamente, la última oportunidad para que el llamado Nobel de la Lengua Castellana se honrase con el nombre del poeta y cuentista uruguayo, ya enfermo en esas fechas.

Hoy, sentidamente atribulados con su muerte, el Cervantes se queda para siempre sin Benedetti y el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, a través de cuyo Ministerio de Cultura se concede el citado premio, debería sentirse avergonzado. Acaba de fallecer quien sin duda para muchos, entre los que me cuento, era y será uno de los poetas y cuentistas más sobresalientes de nuestra lengua.

También anotamos en aquellas fechas que se había incrementado la dotación del premio y que la nueva composición del jurado, con menor presencia institucional, garantizaría una menor politización a la hora de valorar a los candidatos. Estoy convencido, sin embargo, de lo que entonces suscribí y sigo sustentando: que si año tras año el nombre de Mario Benedetti no pasó de ser una candidatura al Premio Cervantes, fuera cual fuese el color del Gobierno vigente -mucho más si ése era el del Partido Popular-, las razones hay que buscarlas en que el uruguayo don Mario no hizo lo que el peruano don Mario Vargas -que sí lo obtuvo-, esto es, renegar de la revolución cubana.

Los lectores recordarán que tanto Benedetti como su conciudadano y amigo Eduardo Galeano fueron en un tiempo colaboradores asiduos del diario El País, empresa de comunicación con capital influencia en la órbita institucional y en el mercado cultural latinaomericano. Pues bien, tanto Benedetti como Galeano dejaron de escribir en ese periódico, que hoy tanto espacio tipográfico concede al fallecimiento del primero, porque ambos escritores apoyaban el proceso revolucionario en América Latina, en contra de la línea editorial del rotativo, apegada al Consorcio de Washington. Eso, en España al menos, te cuesta el Cervantes, por muchos y muy reconocidos que sean los merecimientos literarios del candidato, como los muchos lectores de Benedetti demuestran.

Esa mácula, unida a la de otorgar el premio a otros poetas y escritores cuya obra se tragará merecidamente el olvido, restará para siempre prestigio al Nobel de la Lengua Castellana que concede el Gobierno de España. En la nómina de voces que se dejaron oír en Alcalá de Henares faltará definitivamente la de Mario Benedetti, de quien ayer no más, asomado al Huerto de Fray Luis, leí en voz alta este excelente e irónico autoepitafio, tan en la clave medular que caracteriza la obra en verso de su autor:

Algunos dicen que morí de pena
de veras no me acuerdo / sé que había
una nube blanquísima en el cielo
y un ave errante que dejaba huellas
y me parece que eran de alegría

otros sostienen que morí de gozo
yo tampoco me acuerdo / se qué había
un jilguero encantado con su canto
y un sauce que evaluaba con la lluvia
su cotejo de lágrimas prolijas

sí recuerdo que había conocidos
gente expansiva ufana como pocas
hablaban del mercado de valores
de arte culinaria / de informática
de fútbol / de tabernas / de amnistías

de pronto llegó un soplo de silencio
todo quedó en un coro de callados
se miraron perplejos porque en medio
de aquella vanagloria de la nada
una muchacha pronunció mi nombre

RedDIARIO

Cuando me entierren/ por favor no se olviden / de mi bolígrafo. (Silvina Friera).

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No recuerdo qué premiado dijo una vez que los premios sirven para saber que tienes el apoyo de otros, de personas que te dicen que no lo estás haciendo mal y que te toman como ejemplo. ¿Alguien de quien dependa otorgar el Cervantes tendría algo que reprochar a Benedetti?

Folía dijo...

¿Por qué me siento tan triste con saber que ha muerto Benedetti? Nunca hablé con él, sólo leí sus libros, no todos. Mi vida no va a cambiar. Pero se muere la gente así y quedan cada vez menos. Comprometido con sus ideas, sincero, políticamente incorrecto,y con tanta humanidad en su vida y en sus poemas.
Los homenajes póstumos no sirven para nada cuando los hacen quienes pudieron hacerlo antes. Gracias, Benedetti.

Ledes dijo...

Comprendo tu tristeza, Folía, porque aunque seguiremos leyendo las palabras vivas que dejó, va a faltarnos la presencia de su voz, tan próxima al sentido y sentimientos de sus versos, modulados como la voz desde la sencilez y la hondura emocional.

Anónimo dijo...

Muy bien seleccionado el poema ante tanta hipocresía polanquista.

Lazarillo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Un poema para que el caído se levante y luche con fe

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