martes, 19 de mayo de 2009

AZNAR Y ZAPLANA HABLAN DE CAMPS EN ALICANTE


Félix Población

Lo dijo ayer Gabilondo en Noticias 4: Camps es un cadáver político y el PP lo sabe. Por eso quizá, aprovechando la firma de ejemplares de su libro La Crisis, en un espacioso centro comercial de Alicante, Aznar se hizo ver con uno de sus peones de brega más activos en el extinto aznarato, el broncíneo Zaplana, sin reparar en cámaras, luz y taquígrafos.

Según fuentes del Partido Popular, si la presencia de José María estaba más que prevista y anunciada, no así se contaba con la del actual delegado de Telefónica para Europa y ex presidente de la Comunidad del País Valenciano, mucho menos si el propósito de uno y otro, a instancias de quien fuera su jefe, era pasear en amena plática por La Explanada, a tiro de gacetilla, y almorzar en un selecto restaurante.

Como las dilatadas conversaciones tuvieron lugar en vísperas de que el actual presidente de la Comunidad, Francisco Camps, declare ante los tribunales por su imputación en la trama de corrupción del caso Gürtel, es de pura lógica deducir que los dos comensales, aparte de un exquisito arroz con bogavante, trajeron a colación el supuesto cadáver político de su mal trajeado compañero y las consecuencias que de ello se pueden derivar.

Que un portavoz de la fundación aznariega FAES haya negado que tal haya sido el asunto de conversación no hace más que confirmar no sólo que sí lo fue, sino que casi con toda seguridad la presencia del broncíneo Zaplana en Alicante se debió a la necesidad de su ex mandatario y presidente de honor de su partido de debatir con él sobre todo esa cuestión.

Todo hubiera sido mucho más discreto y probablemente mucho menos o muy poco conocido a través de los medios si el señor Aznar, promotor del encuentro, no hubiese tenido la ocurrencia de exponer a ojos vista la charla con una peripatética exhibición callejera. Es como si con ello quisiera hacer constancia por enésima vez, ante la militancia de su partido y ante cuantos fieles nostálgicos conserva del ayer entre la ciudadanía, que su carismática tutela sigue al tanto de las corruptas debilidades y fallas que pueden darse en el PP, y que si es menester, porque su pupilo don Mariano sigue a uvas, sería capaz de sacrificarse con un retorno mirífico que redima al partido de sus achaques.

De momento, su presencia en Alicante junto a Zaplana, en guerra antaño con Camps por el control del PP en la región valenciana, no hace más que aproximar a la certidumbre lo que Gabilondo da por hecho.

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