Félix PoblaciónEl diario Público tuvo el gran acierto de ilustrar ayer su portada con la imagen más elocuente de la Cumbre de la OEA celebrada en Trinidad y Tobago. Aunque no se aprecia con claridad en la pequeña reproducción que ilustra este comentario, en la fotografía advertimos que el presidente venezolano Hugo Chávez le hace entrega a Barack Obama del libro del escritor Eduardo Galeano Las venas abiertas de América Latina, al tiempo que ambos mandatarios estrechan sus manos.
El dedo índice de la del presidente norteamericano señala asimismo el ejemplar, sorprendido acaso por la iniciativa de su colega, como si con ese gesto quisiese justificar luego el comentario que hizo acerca del presente: Pensaba que era un libro suyo y tenía pensado darle uno mío. Es muy probable que Obama desconociera el título y autor de la obra, pues no cabe imaginar un libro de esa enjundia en los anaqueles de la Casa Blanca, habida cuenta las responsabilidades que le incumben a la administración USA, a lo largo de muchos decenios, en ese desangramiento.
Como es bien sabido, La venas abiertas de América Latina se publicó en 1971 y fue y sigue siendo un libro primordial de cabecera a la hora de examinar las sucesivas explotaciones a que fue sometido el subcontinente durante siglos, primero durante la dominación colonial y más tarde bajo el poder del imperio norteamericano. Con toda seguridad, el presidente Chávez no tuvo ninguna duda acerca de la idoneidad de una obra de esas características como el mejor y más ilustratrivo regalo. Con el mismo quizá pretendió, al tiempo que le decía a Obama I want to be your friend (Quiero ser tu amigo), que éste tuviera generosa información sobre un pasado que debe darse por reconocido y concluso, a fin de que una nueva era, mejor y más constructiva, sea posible.
Las prometedores expectativas registradas en Puerto España días atrás, con ocasión de la Quinta Cumbre de las Américas, permiten creer en unas relaciones muy distintas a partir de ahora entre Estados Unidos y América Latina. Se podría decir incluso que, aunque persistan algunas diferencias de criterio, estamos viviendo un clima de mutua comprensión inédito en la historia.
Para que eso sea así de modo efectivo, al margen de la estrategia y pujanza políticas y diplomáticas que se pongan en tal empeño, sería bueno creer que Barack Obama estimase el regalo de Hugo Chávez en todo su valor y que de la lectura y reflexión de Las venas abiertas de América Latina por parte del presidente norteamericano se desprendiera, en el porvenir, la posibilidad de que la sangre que nutre esas venas y hace circular a los pueblos latinoamericanos, fuera fecunda, próspera y libre en cada uno de los países donde habita, sin que vuelva a derramarse jamás en la defensa de su soberanía.
Me gustaría saber, por lo tanto, qué destino tendrá el libro de mi admirado Galeano en la biblioteca del presidente Obama. Si se perderá entre los anaqueles o estará presente en su mesilla de noche para alumbrar su conciencia.
RedDIARIO
Obama: Fue un buen gesto el obsequio del libro, voy a leerlo.(Vídeo en Radio Mundial).
2 comentarios:
POR FIN.
SE ECHABA DE MENOS,
LAZARILLO
A pesar de los escépticos, yo estoy flipando bastante con Obama. Que los tiene bien puestos y que tonto no es, está claro (porque Sarkozy los tiene bien puestos pero muy listo no es, a pesar de lo que dice de otros).
Sería realmente una nueva era si la actitud y decidisiones de Obama ilustraran a otros mandatarios de este planeta y quisieran, o quisieran parecer, tener la voluntad (y el poder para hacerlo) de arreglar lo que nunca nadie ha tenido el coraje de arreglar.
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