sábado, 22 de noviembre de 2008

LOS DOS AUTOS DE GARZÓN: DE LOS MÁS IMPORTANTES DE NUESTRA HISTORIA


Melibea

Me refiero con el título a la calificación que le han merecido hoy a Manuel Rivas, en su columna del diario El País, los dos autos del juez Baltasar Garzón respecto a lo que asimismo califica el escritor y periodista gallego como el holocausto español. El artículo me parece la respuesta más rotunda y coherente para rebatir a otro columnista y colaborador del Grupo Prisa, Carlos Carnicero, que como habitual y valorado contertulio de Hora 25 en la Cadena SER dio a entender la noche del pasado miércoles que, con el auto de inhibición del magistrado en la causa por los desaparecidos del franquismo a favor de los juzgados territoriales y su denuncia de los niños perdidos/robados durante los primeros años de la dictadura, lo que primaba no era esto último -utilizó el término argentinización- sino la ambición de protagonismo del juez, en la que Carnicero abundó en tiempos de presente y de pasado. Es muy reconfortante por eso haber leído esta mañana el artículo de Rivas, que por su interés transcribo íntegramente, una vez apuntado el matiz de que no sólo desde la derecha se ha criticado y critica a quien como representante de la justicia nos debe merecer, por su trayectoria en la lucha contra el narcotráfico y todo tipo de terrorismo, el máximo respeto y no poca admiración:

Durante años, uno de los enigmas españoles era el tiempo de Garzón. Se atrevió con los narcotraficantes más peligrosos, con ETA, con los GAL, con Pinochet, con exterminadores como Scilingo. ¿Dormía el juez Garzón? ¿Tenían sus días 24 horas? Era éste un defecto que sublevaba a los profesionales del crimen. Les gustaría verlo descansando. Eternamente. Bueno, pues ya pueden estar un poco más tranquilos. Resulta que Garzón es más bien perezoso y por eso le han negado un permiso de estudios. ¡Tanto estudiar! Una decisión del CGPJ, ese incansable órgano. He ahí, pues, un perezoso que en pocos días, y con la salud mermada, ha redactado dos de los autos más importantes de nuestra historia contemporánea. Y ha puesto, por fin, el sello de la Administración de justicia en el caso del holocausto español. Nadie es perfecto. Se lo explicaba muy bien un antiguo párroco de Carballiño a una guapa beata: "No hay santo, querida, que no tenga picha". Pero la furibunda oleada corrosiva contra este juez, el escarnio contra un símbolo internacional de la justicia, constituye en sí una prueba irrefutable de la desvergüenza histórica, de la ciénaga inmoral en la que algunos quieren atrapar para siempre a este país. En la transición se habló mucho de los poderes fácticos. Hoy dominan los poderes cínicos. Arremeten contra la memoria, pero divulgan cuanto pueden una inmaculada concepción del franquismo. Los dos autos de Garzón son nuestro particular viaje al corazón de las tinieblas. No ha fracasado. Ha hecho su trabajo. Como lo ha hecho Amnistía Internacional, en un documento, escandalosamente silenciado, que tendría que mantener insomnes a los políticos y al poder judicial. Sin embargo, el líder de la derecha española nos recomienda una inyección de olvido. Imaginamos lo que él y tantos otros buenos creyentes contestarán en el valle de Josafat: "Davon haben wir nichts gewusst!". O sea: "¡De esto no sabíamos nada!".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy agradecido por la inclusión del auto de Garzón en el artículo de Los niños perdidos del franquismo, así como del documento de condena del franquismo en el Consejo de Europa. No había entendido bien los de "algunos analistas de ideología progresiosta" hasta saber hoy por Melibea que se trataba de Carnicero, un psoísta de toda la vida.

Anónimo dijo...

En relación con lo dicho antes, me sorprendió que el artículo de Los niños perdidos llevase el añadido "enviado al diario Público". ¿Es posible que el autor no citase a Carnicero para evitar que el artículo en custión no fuese publicado?
¿Se publicó finalmente en ese nuevo diario progre?

Anónimo dijo...

¿No lo he visto publico en Público?
¿Ha ocurrido algo?

Anónimo dijo...

De GARZA GARZón

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