DELINCUENTES EN LOS PLATÓS

Lazarillo

La más nueva de las cadenas de televisión nacionales, La Sexta, tiene un programa a la hora de la digestión cuyo formato, en principio, parece fácil de asimilar en el sopor de la siesta pues consiste esencialmente en glosar las incidencias que se dan en otros programas, preferentemente de cotilleo, emitidos por las cadenas de la competencia.

Sazonado con un falso salero crítico, que incluye el recurso a un humor tan elemental como ínfimo de gracia entre sus presentadores, Sé lo que hicisteis se sirve de los otrora llamados cronistas de sociedad, hoy repartidos en tertulias y espacios televisivos diversos y cuyo denominador común es entrar a saco en las interioridades del famoseo, para hacer guasa de sus comentarios, yerros y peculiares disquisiciones.

Pese a la atractiva estampa de la presentadora y las reporteras de calle que airean los contenidos de plató, el relato de presentación de incidencias se hace tedioso de tanto abundar en lo mismos temas por parte de los mismos correveidiles y en utilizar la misma guasa para referirse a uno y otros por parte de quienes seleccionan y comentan los vídeos.

Ese tedio llega a indignación cuando lo que se ventila son los miles de euros que Tele 5 ha ingresado en las cuentas de dos reconocidos delincuentes, el ex alcalde de Marbella -un tal Muñoz-, y el malquisto Roldán, ex director de la Guardia Civil en uno de los equipos de gobierno de don Felipe González. Roldán contó sus ejemplares cuitas el pasado viernes a una afamada comunicadora y lo mismo va a hacer hoy el ex consorte de la tonadillera Pantoja a un profesional no menos afamado.

Para mí, como para muchos conciudadanos, ninguno de los dos personajes tiene el más mínimo interés informativo. Sólo lo tendría si ambos se presentaran ante las pantallas para dar razón de sus delitos y pedir perdón por los mismos ante los espectadores. En ese caso no deberían percibir ni un euro porque con tan laudable actitud, de ser posible en quienes han sobresalido en el raterío, quizá descartarían mercadear con sus opiniones.

Si lo que esos dos señores pretenden es vender otra imagen de sí mismos ajena al arrepentimiento y al perdón y forrarse de paso con ello -en correspondencia con su currículo-, es totalmente bochornoso para un medio de comunicación propiciar no sólo que esa imagen pueda entrar en las casas de unos ciudadanos que fueron víctimas de los delitos de ambos protagonistas, sino retribuir a los delincuentes con insultante generosidad por su nombradía como tales.