jueves, 16 de octubre de 2008

PARA ISABEL CEPEDA, POR JESÚS NEIRA


Félix Población
Tenía ganas de decir lo que pretendo expresar ahora acerca de la esposa de Jesús Neira. Lo hago gracias al estímulo emocional de una breve carta publicada en la edición de hoy del diario El País.

Para entender la dignísima actitud e integridad de esa mujer durante estos pasados meses, mientras su marido respiraba en coma con el más fatal de los presagios, hay que mantener ante todo una gran fe en el ser humano, por encima de las pequeñas miserias a las que hemos asistido, con la colaboración de algunos medios de comunicación, respecto a la mujer agredida en cuya defensa salió el profesor Neira.

Mientras ese sucio espectáculo mediático se ventilaba en algunos programas de televisión, Isabel Cepeda se mantenía incólume en su esperanzada espera, dejando asomar en la entereza de sus palabras y en la nunca abatida fisonomía de su rostro toda su confianza en la vida de su compañero.

Isabel no ha dejado de sentir desde el pasado mes de agosto el pulso de Jesús. Quizá por eso, llena de ese latido, era siempre capaz de mostrar a las cámaras esa alentadora sensación que le afloraba con un rictus inquebrantable de sonrisa en los labios.

Pocas veces la protagonista de una noticia de ese carácter ha sabido mostrarse con tan sabia, sobria y limpia dignidad. Tanto en el dolor, cuando más grave era el pronóstico, como en las más animosas expectativas de mejora, cuando Neira apretó y reconoció su mano, Isabel Cepeda nos está dando una lección de conducta.

Todos quisiéramos ser así ante el riesgo de perder a un ser querido. Por eso, desde la admiración que profesamos a esa mujer, nuestro mayor deseo sería que las manos de Jesús e Isabel permanecieran unidas y sintiéndose, convencidos de que en estos meses habrá crecido el sentimiento que las unió un día.

Gracias a los dos, hoy creemos un poco más en la dignidad, entereza, capacidad de amor y valor del ser humano.

RedDIARIO
Jesús saluda con los labios. (Isabel Cepeda).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que más me gusta de ese tlog político es que se desetienda a veces de la política para "glosar" los sentimientos humanos. Enhorabuena.

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