viernes, 31 de octubre de 2008

¿POR QUÉ NO SE CALLA DOÑA SOFÍA?

Félix Población

Reconózcase o no, comúlguese o no con con la monarquía, cuantos han tenido oportunidad de conocer a doña Sofía de Grecia, reina consorte de España, hablan de una personalidad seductora y singular, mucho más atractiva para indagar en sus peculiaridades que la que caracteriza a su augusto esposo. Si a ello añadimos la exquisita discreción y profesionalidad con las que el personaje ha desempeñado su papel a lo largo de más de treinta años, es de comprender el grado de interés que un libro sobre su persona puede despertar con la excusa de su septuagésimo aniversario.

Que yo sepa se han publicado en estos días dos obras sobre la Reina. De la firmada por Carmen Enríquez y Emilio Oliva, Doña Sofía. La Reina habla de su vida, se sabe que va muy bien de ventas y que quizá por limitarse a reflejar lo que el propio título expone no ha derivado en ningún tipo de conflicto a la hora de hacer público su contenido. Siendo así, cabe preguntarse por qué el segundo libro, escrito por la sagaz y curtida periodista Pilar Urbano, nos ha deparado hoy la portada que el diario Público ofrece a sus lectores.

En La Reina muy de cerca parece que doña Pilar no se conformó con la mera exposición de los avatares biográficos de doña Sofía, sino que planteó a la soberana delicadas cuestiones sobre cuyas respuestas se cernía a priori la posibilidad de polémica, sabedora la perspicaz Urbano del definido tinte que podían tener las mismas. No nos puede extrañar por eso que la Reina considere imprescindible la enseñanza de la religión para explicar el origen del mundo y de la vida, ni que no comprenda el orgullo de los homosexuales para manifestarse en las calles, ni que admita como matrimonio la unión libre entre personas del mismo sexo, ni que esté en contra del aborto y la eutanasia (no del divorcio porque lo tiene a pares en casa).

Todo eso forma parte de la cuna, educación, personalidad y conducta de doña Sofía de Grecia, pero doña Pilar Urbano sabía a la hora de formular ese cuestionario que si la Reina lo contestaba, aunque fuera como conversación privada según apuntó luego la Casa Real en su comunicado, tenía garantizada la publicidad gratuita del libro por la decantación ideológica de la soberana en las cuestiones de Estado, algo que, aunque se le suponga, nunca dejó entrever el Rey sobre ese mismo temario.

Por eso, y porque tanto la periodista como la soberana eran conscientes de la repercusión que las preguntas de una y las contestaciones de otra iban a tener en cuanto el libro saliese a la calle, de nada vale un comunicado que trate de desmentiralas parcialmente ahora, como no sea para favorecer comercialmente la venta del libro. El títular de Público es el más acertado para calificarlas, un año después de que don Juan Carlos le aplicara la misma frase en la cumbre iberoamericana de Chile, de modo inopinado y ofensivo, a un jefe de Estado. La real pareja hizo entonces y ahora un flaco favor a la monarquía.

RedDIARIO
Lo que dijo la Reina es lo que aparece en mi libro. (Pilar Urbano, periodista y numeraria del Opus Dei).

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece que la lista de la Urbano se agenció esas declaraciones para vender más libros, no creo que la reina se haya soltado tan libremente sin un compromiso de que esas fueran unas opiniones off the record, a menos que lo que pretenda la reina es socavar un poco más la monarquía, cosas que no me cuadra con su discreción. Me fio más de la reina que de la periodista.

Anónimo dijo...

Las declaraciones de la Casa Real no convencen: La reina había revisado la obra antes de su publicación. El recurso al 'ámbito privado' tampoco vale. No es privado lo que se destina a la publicación. Reina y periodista sabían lo que hacían. La reina tiene libertad de expresión pero no ha sabido usarla. Y, desde la altura de su posición, como mujer y reina, ha dado una bofetada a los más vulnerables ante la ridiculización y el rechazo. ¿Por qué se manifiestan los gays? Muy sencillo, majestad. Lo dijo Quevedo: Para dar por superadas posiciones como la suya. Esperábamos alguna reacción, que no hubo, de la Casa Real cuando una pareja de hermanos, ella y él, fueron apaleados por la policía, uno delante del otro, por alzar la bandera republicana en una manifestación. Esperábamos que los reyes hubieran condenado la injusticia haciendo uso de su libertad de expresión. Por lo mismo, las palabras recientes de la reina sobre los gays dan motivos a la desconfianza y la tristeza. Mal asunto.

Quarzt

Anónimo dijo...

Comparto la opinión de Qarzt y celebro que unos monarcas colaboren tanto en tirar piedras sobre su tejado.

Anónimo dijo...

La reina es como es y aquí se la ha visto, por lo que la Casa Real no tiene nada nuevo que variar, dicho está lo que está escrito.

Anónimo dijo...

Le está bien empleado a Sofía por fiarse de la Urbano.

Anónimo dijo...

La casa real miente, Sofía es como es y la Urbano hace negocio.

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