LA PRINCESA DE ASTURIAS, EN LA GESTA DE OVIEDO

Melibea
Hace un año, el diario La Nueva España informaba con una sorprendente y rara asepsia del cincuentenario de la decisión tomada por la corporación municipal de Oviedo para erigir en 1957 un monumento conmemorativo de la defensa (sic) que de la ciudad hizo el ejército rebelde del general Franco, durante los primeros meses de la Guerra Civil, ante el acoso de las tropas republicanas, defensoras del orden legal constituido. Se dio por nombre a la tal obra el de Gesta de Oviedo, muy en consonancia con las ínfulas imperiales del lenguaje propias de los vates ensalzadores del viejo régimen.

Pues bien, una vez aprobada la Ley de la Memoria Histórica, que reglamenta la retirada de todo símbolo franquista de los edificios y callejeros de nuestras ciudades y pueblos, nos enteramos hoy de que la Princesa de Asturias, doña Leticia Ortiz de Borbón, ha visitado en Oviedo su colegio de párvula. Las conmovedoras imágenes que ilustran la presencia de sus respectivas altezas en el centro educativo no ha podido sustraerme de reparar que el mismo, con ser educativo, se sigue denominando tal cual se llamaba cuando doña Leticia aprendió las primeras letras: Gesta de Oviedo. Así sin duda le habrá sido más fácil a la recompuesta princesa de perfil renovado la evocación del ayer.

RedDIARIO
Al margen del ya célebre auto del juez Garzón, ¿no denota una llamativa insensibilidad por parte de las instancias públicas y reales el que la calle ovetense donde la Fundación Príncipe de Asturias tiene su sede siga llevando el nombre del general Yagüe, de tan infausta memoria... sobre todo por tierras extremeñas. (Ian Gibson, El País, 27X08).