martes, 2 de septiembre de 2008

LOS DESAPARECIDOS DEL CENTRO DE LA MEMORIA


Félix Población
Entre la copiosa y valiosa documentación conservada en el que fuera Archivo General de la Guerra Civil en Salamanca, hoy Centro Documental de la Memoria Histórica, figuran miles de expedientes de los ciudadanos españoles represaliados por el franquismo durante el conflicto armado y la subsiguiente y larga dictadura por su adscripción a partidos políticos, sindicatos y organizaciones proscritos por el régimen del llamado Glorioso Movimiento Nacional del 18 de Julio. El Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo actuó con toda contundencia y de su puntual y rigurosa ejecutoria tenemos hoy constancia gracias al fondo documental consultable en el CDMH.

Me imagino que durante estos últimos años, coincidiendo con la informatización del citado centro, probos funcionarios habrán ido describiendo los datos más relevantes de identificación de ese material, a fin de ponerlo en Internet a disposición del público interesado. Por lo general, en muchos de los expedientes se da como razón del sobreseimiento definitivo del encausado el fallecimiento de éste, que en no pocos casos pudo deberse a la aplicación del conocido como Bando de Guerra (fusilamiento), aunque en ocasiones se pretende disimular esa ejecución con expresiones como muerto por arma de fuego, hemorragia cerebral o hemorragia interna, o por oponerse al susodicho GMN.

Ahora el juez Baltasar Garzón acaba de dictar una providencia para que, después de haberse caracterizado la Audiencia Nacional por investigar durante años las desapariciones en los regímenes dictatoriales de América Latina, y hasta en China y Ruanda, deje de ignorar las que tuvieron lugar durante el franquismo en nuestro país, más de treinta años después del inicio formal del vigente periodo democrático. Algunos cálculos cifran el número de víctimas en torno a cien mil.

Se da la paradoja, como hoy comenta algún editorialista, que el juez Garzón no se apoya en la llamada Ley de Memoria Histórica para tomar esa decisión, sino en las incongruencias e insuficiencias jurídicas de la misma, pues el objetivo perseguido por la citada providencia quedaba hasta la fecha, en virtud de esa ley y en buena medida en manos de los particulares, no del Estado al que compete.

Entre los diversos organismos, instituciones y archivos a los que afecta la providencia de Baltasar Garzón para la búsqueda e identificación de los desaparecidos de una dictadura más olvidados por una democracia está, obviamente, el Centro Documental de la Memoria Histórica ubicado en Salamanca. Allí no faltan expedientes en los que las víctimas mortales del franquismo tienen como ficha descriptiva de su desaparición, además de una defunción no certificada, unas palabras mecanografiadas que indican solamente muerto en la carretera o en el camino de tal o cual localidad.

Que esos nombres perdidos en las cunetas y las fosas del olvido hayan tenido que esperar tanto tiempo para asomarse a la luz de la justicia es una deuda difícilmente justificable, porque, como dijo Mario Benedetti:

Están en algún sitio / nube o tumba
están en algún sitio / estoy seguro
allá en el sur del alma
es posible que hayan extraviado la brújula
y hoy vaguen preguntando
dónde carajo queda el buen amor
porque vienen del odio.

RedDIARIO
+La memoria podrida. (Ignacio Escolar, Público).
+El crimen perfecto del franquismo tiene los días contados.(Soitu.es).
+La Audiencia defiende a Garzón ante las injurias de El Mundo. (Público).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buenos los versos de Benedetti, y el artículo, claro, con un título que da para un libro, anímate.

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