jueves, 3 de julio de 2008

QUE LA LIBERTAD DE BETANCOURT SEA LA DE COLOMBIA

Lazarillo
Me parece muy significativo que además de liberar a Ingrid Betancourt y a 11 militares, el ejército colombiano haya conseguido rescatar a tres ciudadanos de nacionalidad norteamericana secuestrados por las FARC. Los hechos han tenido lugar en un contexto que conviene tener en cuenta: La reactivación hace meses de la Cuarta Flota de la Armada USA, destinada al control de América del Sur, y la visita a Bogotá del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, John McCain.

La noticia es buena para las perspectivas de victoria electoral de MacCain, partidario y seguidor de la política antiterrorista a las bravas desarrollada por Bush, pues lo ocurrido en Colombia podría ser interpretado como un éxito en la lucha contra el terrorismo gracias al incremento y máximo apoyo en los presupuestos militares contra la subversión.

La noticia es buena para el presidente Uribe, cuestionado ahora por los tribunales acerca de la posible ilegalidad de su elección o porque el 20 por ciento de sus congresistas puede tener relación con los grupos terroristas paramilitares. Esta última operación exitosa contra las FARC beneficiará también a don Álvaro en su intento de presentarse otra vez como candidato a la presidencia del país, pese a que su mandato deba concluir constitucionalmente en 2010, sin que nadie en los medios de conformación de masas le reproche intención alguna de perpetuarse en el poder.

También para las FARC la libertad de Betancourt debería ser un serio motivo de reflexión. Según el periodista Carlos Lozano, mediador entre el Gobierno y la guerrilla, el rescate es una llamada para que las FARC se abran a un intercambio humanitario y una salida política. El desenlace incruento de esta liberación debería servir para que se abriera en paz el camino de la negociación hacia la paz y que, tal como ha dicho la propia Ingrid, su nombre se asocie a una señal de paz para Colombia.

Pocas veces se recuerda, cuando se apela a la convivencia en ocasión tan oportuna como es el logro de la libertad para un ser humano, que la libertad en Colombia pasa también porque, según datos facilitados por Amnistía Internacional, la muerte, la desaparición y la amenaza no persigan a los sindicalistas por defender la dignidad y los derechos de los trabajadores. Desde 1996 a 2006 han sido asesinados 2.245. Sólo durante el periodo político presidido por el señor Uribe han perdido la vida más de 400.

RedDIARIO
La VI Flota USA que se nos viene encima. (Editorial de
La República, Uruguay).

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A las FARC
sólo se les ofrece la rendición incondicional o la guerra eterna. Se aleja por ende otra vez la posibilidad de Paz. (Argentina Indymedia).

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