viernes, 4 de julio de 2008

INGRID BETANCOURT PUEDE SER LA FUTURA PRESIDENTA DE COLOMBIA


Félix Población
Desde una perspectiva estrictamente mediática, al margen de las consideraciones que pueda merecer el exitoso rescate de Ingrid Betancourt y otros catorce rehenes largo tiempo apresados por las FARC, el retorno a la libertad de quien aspirara a la presidencia de Colombia no ha podido ser más fulgurante.
Si la operación militar que permitió la liberación de los secuestrados fue calificada por Betancourt como perfecta, su retorno ante las cámaras y los micrófonos revistió igualmente un carácter no menos espectacular, en el que no faltó el más mínimo detalle para conferir a la protagonista la máxima relevancia, luego de que ya la tuviera como víctima enferma por cuya liberación medió el presidente Chávez hace unos meses.

Lo primero que me ha interesado seguir informativamente, una vez compulsado el éxito mediático de la feliz y muy elocuente comparecencia de Ingrid Betancourt ante los periodistas, es si ésta ha tenido alguna repercusión que permitiera atisbar la posibilidad de que la liberada pudiese retornar a la vida política. No me ha costado mucho encontrar esa referencia. La suscribe además quien fuera asesor de la señora Betancourt en la campaña presidencial que frustró su secuestro, don Eduardo Chávez. Para Chávez no hay duda acerca de esa posibilidad, sin descartar que doña Ingrid aspire nuevamente a la presidencia de la nación.

Si al precedente de haber intentado ya ese objetivo, para el que demostró indudables aptitudes, sumamos los efectos propagandísticos que a su favor han jugado seis años de duro cautiverio, así como un retorno mediático a la vida civil magníficamente diseñado y puesto en escena por la protagonista, no parece improbable predecir una nueva presidente en el horizonte político de América Latina.

Es lo que se columbra de la competente locuacidad y el detallado discurso pergeñado por una señora Betancourt que en ningún caso se mostró afectada, vacilante o decaída por lo que sin duda ha sido una penosa experiencia. Antes al contrario, tanto por su buen aspecto físico como por la inteligencia política demostrada con sus declaraciones, la sensación fue que, más allá del amargo balance de esos años de cautiverio y el natural júbilo por su liberación, Ingrid Betancourt esbozaba el revitalizado apunte de un retorno a la misma actividad y los mismos afanes que perseguía cuando fue secuestrada. Si los mantiene, no habrá adversario que pueda con ella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece que el montaje ha sido de Uribe y Betancourt lo aprovechón con vistas a ese futuro que dices y en el que posiblemente se enfrente a su "liberador", si es que éste se vuelve a presentar a las elecciones dentro de dos años.

Anónimo dijo...

Me gustaría que se aclarara ese exitosos rescate cin violencia que la propia secuestrada calificó de milagro. Entre tanto, hará campaña y derrotará a su "salvador".

Publicar un comentario