Melibea
Manuel Gutiérrez Aragón es uno de nuestros mejores directores de cine. Todos recordamos en su larga filmografía, iniciada en 1969, títulos como El corazón del bosque, La mitad del cielo, Maravillas, La noche más hermosa, Feroz o Demonios en el jardín. Ahora se ha atrevido con el miedo en Euskadi, una deuda que nuestra cinematografía tenía con la realidad lacerante de ese conflicto silenciado en el País Vasco. El film Todos estamos invitados acaba de estrenarse en el Festival de Málaga y combina en su desarrollo la experiencia de un profesor acosado por el entramado abertzale con la de un etarra que pierde la memoria en una acción terrorista. La primera refleja según el director unas circunstancias muy parecidas en Euskadi a las que se vivieron durante el franquismo: Yo, que ya soy mayor, viví el franquismo y era una dictadura en la que, si no te metías en líos, no te pasaba nada. En el País Vasco hay una situación muy parecida a la del franquismo o cualquier otra dictadura. Mientras haya una sola persona amenazada, ninguno somos libres. Eso es algo que debemos tener todos muy claro. En Euskadi sólo hace falta que salte una chispa para que surja la tragedia. En cuanto al conflicto del terrorista, Gutiérrez Aragón tenía mucho interés en reflejar cinematográficamente esa situación, basada en un hecho verídico en el que un etarra recibió un tiro de la guardia civil tras un atentado contra unos camiones: Cuando despertó del coma tenía la misma sensación de virginidad de un recién nacido. No sabía quién era y, por tanto, era un chico inocente de mente. Sus compañeros querían reconstruirle la memoria, recordándole que era un valeroso “gudari”,y el resto de la gente sólo quería alimentarle la idea de que era un ciudadano normal. Me interesaba mucho expresar la dualidad de resolver la nueva vida hacia un lado o hacia otro. Desconozco cómo ha sabido armonizar el director cántabro las dos historias en su película, de cuyo resultado dependerá en buena medida la relevancia y el meollo del film. Un cineasta tan reconocido como Manuel Gutiérrez Aragón es muy posible que lo haya solventado con éxito, tal como acostumbra. Lo sabremos a partir del próximo día 11, fecha oficial del estreno en cines.
Manuel Gutiérrez Aragón es uno de nuestros mejores directores de cine. Todos recordamos en su larga filmografía, iniciada en 1969, títulos como El corazón del bosque, La mitad del cielo, Maravillas, La noche más hermosa, Feroz o Demonios en el jardín. Ahora se ha atrevido con el miedo en Euskadi, una deuda que nuestra cinematografía tenía con la realidad lacerante de ese conflicto silenciado en el País Vasco. El film Todos estamos invitados acaba de estrenarse en el Festival de Málaga y combina en su desarrollo la experiencia de un profesor acosado por el entramado abertzale con la de un etarra que pierde la memoria en una acción terrorista. La primera refleja según el director unas circunstancias muy parecidas en Euskadi a las que se vivieron durante el franquismo: Yo, que ya soy mayor, viví el franquismo y era una dictadura en la que, si no te metías en líos, no te pasaba nada. En el País Vasco hay una situación muy parecida a la del franquismo o cualquier otra dictadura. Mientras haya una sola persona amenazada, ninguno somos libres. Eso es algo que debemos tener todos muy claro. En Euskadi sólo hace falta que salte una chispa para que surja la tragedia. En cuanto al conflicto del terrorista, Gutiérrez Aragón tenía mucho interés en reflejar cinematográficamente esa situación, basada en un hecho verídico en el que un etarra recibió un tiro de la guardia civil tras un atentado contra unos camiones: Cuando despertó del coma tenía la misma sensación de virginidad de un recién nacido. No sabía quién era y, por tanto, era un chico inocente de mente. Sus compañeros querían reconstruirle la memoria, recordándole que era un valeroso “gudari”,y el resto de la gente sólo quería alimentarle la idea de que era un ciudadano normal. Me interesaba mucho expresar la dualidad de resolver la nueva vida hacia un lado o hacia otro. Desconozco cómo ha sabido armonizar el director cántabro las dos historias en su película, de cuyo resultado dependerá en buena medida la relevancia y el meollo del film. Un cineasta tan reconocido como Manuel Gutiérrez Aragón es muy posible que lo haya solventado con éxito, tal como acostumbra. Lo sabremos a partir del próximo día 11, fecha oficial del estreno en cines.
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