Lazarillo
Ayer estuvo sembrado de metáforas el alcalde de Madrid con motivo de la acostumbrada recepción a la Cofradía del Entierro de la Sardina que pone fin a las jocundas Carnestolendas. Don Alberto se ha servido del pregón carnavalesco para hacer acopio de alegorías sobre su circunstancia política delante de la lideresa Aguirre, culpable de su marginación en las listas de don Mariano.
Aquello se decidió un miércoles 16 de enero, tras un martes a tres bandas expectante y esperanzador en la sede del Partido Popular, así que el señor alcalde recurrió a unos versos de Gaspar Lucas para glosar el antruejo con fidedigna similitud: martes llenos de risa, miércoles de tristeza. Apeló don Alberto a los antropólogos, incapaces de dirimir si la sardina milita en el bando de don Carnal, en el de doña Cuaresma o en ninguno. También se puso manriqueño: ¿Qué fue de las alegrías pasadas? ¿Dónde quedan los proyectos y los sueños? Se fueron en un soplo. Y hasta corrosivo y retador: Ha triunfado doña Cuaresma, la del gesto agrio y estricta conducta (...) pero sabemos que su victoria es pasajera porque representa sólo la mitad de la vida.
Aunque son todas las citas en su conjunto las que conforman el sentido alusivo del discurso en contra de doña Cuaresma Aguirre, lo que más podría interesar del mismo, quizá por las perspectivas que sugiere acerca del porvenir político del señor alcalde, es la referencia a la ignorada militancia de la sardina, por aquello de si don Alberto con su actitud moderada dentro del PP puede favorecer más al Partido Socialista que al suyo. Como el señor Ruiz-Gallardón también se refirió a una tercera vía, la de no militar en bando alguno, tengo para mí que pasado el 9-M, y si el chubasco de la derrota arrecia en demasía en contra de don Mariano, don Alberto decidirá el curso de su futuro en un nuevo partido de centro reformista.
Ayer estuvo sembrado de metáforas el alcalde de Madrid con motivo de la acostumbrada recepción a la Cofradía del Entierro de la Sardina que pone fin a las jocundas Carnestolendas. Don Alberto se ha servido del pregón carnavalesco para hacer acopio de alegorías sobre su circunstancia política delante de la lideresa Aguirre, culpable de su marginación en las listas de don Mariano.
Aquello se decidió un miércoles 16 de enero, tras un martes a tres bandas expectante y esperanzador en la sede del Partido Popular, así que el señor alcalde recurrió a unos versos de Gaspar Lucas para glosar el antruejo con fidedigna similitud: martes llenos de risa, miércoles de tristeza. Apeló don Alberto a los antropólogos, incapaces de dirimir si la sardina milita en el bando de don Carnal, en el de doña Cuaresma o en ninguno. También se puso manriqueño: ¿Qué fue de las alegrías pasadas? ¿Dónde quedan los proyectos y los sueños? Se fueron en un soplo. Y hasta corrosivo y retador: Ha triunfado doña Cuaresma, la del gesto agrio y estricta conducta (...) pero sabemos que su victoria es pasajera porque representa sólo la mitad de la vida.
Aunque son todas las citas en su conjunto las que conforman el sentido alusivo del discurso en contra de doña Cuaresma Aguirre, lo que más podría interesar del mismo, quizá por las perspectivas que sugiere acerca del porvenir político del señor alcalde, es la referencia a la ignorada militancia de la sardina, por aquello de si don Alberto con su actitud moderada dentro del PP puede favorecer más al Partido Socialista que al suyo. Como el señor Ruiz-Gallardón también se refirió a una tercera vía, la de no militar en bando alguno, tengo para mí que pasado el 9-M, y si el chubasco de la derrota arrecia en demasía en contra de don Mariano, don Alberto decidirá el curso de su futuro en un nuevo partido de centro reformista.
Dado que el actual Partido Popular está muy lejos de representar esa definición ideológica, en la que cimentó su trayectoria a mediados de los noventa, es muy probable que el alcalde de Madrid pretenda recuperarla bajo unas nuevas siglas, a cuyo acogimiento se prestarían no pocas y muy cualificadas víctimas del vigente aznarato, así como destacados líderes periféricos.
Es lo que pienso tras advertir ese pregón carnavalesco tan apegado a la realidad popular del señor alcalde de Madrid. Don Alberto no ha podido eludir ni la urgencia por expresar lo que le reconcome, aunque sea metafóricamente, ni la tentación por esbozar su indeclinable predisposición y ambición natural a la carrera política. Tiene sobrados atributos para hacerlo y muchos votos potenciales predispuestos a seguirle. Ya no cabe esperar que ni lo uno ni lo otro se lo reconozcan en su partido, porque la gaviota que lo representa lleva ya demasiado tiempo volando a contracorriente y sin los menores atisbos de rectificar.
RedDIARIO
ZP reconoce el ingenio de Gallardón si escribió el discurso pensando en lo mismo que los demás, pero aseguró que el alcalde nunca podría militar en el PSOE porque es de derechas. (El País)
Es lo que pienso tras advertir ese pregón carnavalesco tan apegado a la realidad popular del señor alcalde de Madrid. Don Alberto no ha podido eludir ni la urgencia por expresar lo que le reconcome, aunque sea metafóricamente, ni la tentación por esbozar su indeclinable predisposición y ambición natural a la carrera política. Tiene sobrados atributos para hacerlo y muchos votos potenciales predispuestos a seguirle. Ya no cabe esperar que ni lo uno ni lo otro se lo reconozcan en su partido, porque la gaviota que lo representa lleva ya demasiado tiempo volando a contracorriente y sin los menores atisbos de rectificar.
RedDIARIO
ZP reconoce el ingenio de Gallardón si escribió el discurso pensando en lo mismo que los demás, pero aseguró que el alcalde nunca podría militar en el PSOE porque es de derechas. (El País)
5 comentarios:
El partido de centro es ante todo un partido de derecha, una cosa es la derecha del PP de ahora y la que podría liderar Gallardón, así que lo de centro nada, por el centro va también el PSOE para buscar votos, por el centro irán tanto el PSOE como el partido de gallardón cuando busquen votos. Luego, a la hora del gobernar, las diferencias ser´na mínimas. A consolarse pues.
Ideologías aparte, a mí personalmente me gusta escuchar a los poetas en boca de las personas públicas. También me gustaría que fuera más frecuente en la gente de a pie. Supongo que el hecho de no ser así está relacionado con la educación y la ausencia de la poesía en las aulas y en el vivir de cada día. La gente que conozco ha descubierto la poesía en la calle, boca a boca, como los besos o el aire vital en una situación desesperada.
Yo sumaría al partido de Gallardón a Piqué, al de Baleares que se fue también, a Rato, al de Galicia y al de Valencia... Y hasta a Bono, que sí es del PSOE pero puede dejar de serlo si el PSOE no le gusta.
¿Se acuerdan de UCD? Pues más de lo mismo.
Pues les recuerdo (y hacemos bien en recordarselo a todo el mundo), que ellos sí irán a votar...
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