jueves, 31 de enero de 2008

LA CONSPIRANOIA DEL 11-M, LA CONSPIRACIÓN DE LEGANÉS Y LAS ENCUESTAS

Félix Población
Puestos ya en las semanas previas al inicio de la campaña electoral, se han venido sucediendo una serie de encuestas acerca de los presumibles resultados en la elecciones del próximo 9-M. A pesar del ligero incremento experimentado a favor del Partido Socialista en los últimos sondeos, coincidentes con la defenestración del alcalde de Madrid como candidato al Congreso, el que se siga dando por perdedor al Partido Popular por una escasa diferencia se me antoja un tanto inconcebible. No porque el PSOE haya hecho todos los deberes a gusto de su electorado, ni mucho menos, sino porque el PP ha protagonizado como oposición una denigrante legislatura.

Dejando a un lado algo tan mezquino como el permanente acoso hasta la injuria a la política antiterrorista diseñada por el Gobierno, cuando más efectiva ha sido ésta en la evitación de atentados, bastarían dos episodios de pertinaz y deplorable curso a lo largo de la pasada legislatura para sorprenderse del halagüeño porvenir que dan las encuestas al Partido Popular. Ambos episodios fueron resueltos por los tribunales con sendas sentencias en contra de lo sustentado por la airada oposición y sus medios afines.

Al primero se le reconoció como conspiranoia del 11-M y de cuanto se gestó y expuso -mediática y políticamente- sobre la posible implicación de ETA en la masacre, no debemos olvidar las infames salpicaduras propaladas por la COPE y el diario El Mundo con el objetivo de afectar al mismísimo Presidente del Gobierno y que ondearon como motivo de pancarta en las reiteradas manifestaciones de las víctimas de Alcaraz y el PP: 11-M=ZP.

Pero por si esto fuera poco o su ignominia hubiese quedado diluida con el paso del tiempo, la reciente sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid a favor de los médicos del Hospital Severo Ochoa de Leganés, echa por tierra una conspiración que en este caso tiene todos los visos de certidumbre y en la que nuevamente ha tenido protagonismo esa derecha mediática y montaraz que rige los destinos del Partido Popular.

Si el curioso lector, además de memoria para recordar toda la inmundicia emitida y publicada en torno al 11-M, tiene a bien revisar el no menos repugnante catálogo de injurias y agravios a que fueron sometidos los profesionales del citado centro sanitario durante meses, tal como hace hoy el diario Público, y del que no están exentos cargos públicos del gobierno regional, acaso llegue conmigo a la misma conclusión: Las encuestas son demasiado condescendientes con el porvenir del Partido Popular el próximo 9-M.
PS.- El pasado martes por la mañana tuvo lugar un primer debate electoral a distancia, computado en audiencia. En La 1 de TVE 693.000 espectadores vieron la entrevista con ZP. Sólo 377.000 televidentes vieron la interviú de Antena 3 con el señor Rajoy.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Si la oposición del PP fue mala, tampoco el PSOE se ha lucido en el Gobierno, por eso las encuestas son las que son. Un gobierno que lo hubiese hecho bien no tendría ahora tanto miedo a que la derecha tuviera chance.

SBP dijo...

El problema sigue siendo la poca credibilidad de los socialistas (y, por extensión, de otros grupos "progresistas"), que no mueven a los abstencionistas a votar. La derecha, aunque no gane, seguirá estando así de cerca, así de patética, así de real.

Anónimo dijo...

Sería lamentable un gobierno del PP, tal como está el PP ahora, porque los abstencionistas de izquierda no votasen al PSOE, pero también hay que contar con ello

Anónimo dijo...

Al PSOE le pueden venir bien las encuestas. Estando tan ajustado el resultado, a lo mejor se movilizan otra vez los abstencionsitas y ganan por más votos de los que dicen las encuestas ahora.

Anónimo dijo...

Y si no siempre se pueden comprar algunos votos ofreciendo 400 euros. Todo antes de que venga el "coco" de la derecha. Es lamentable tener que vivir en una nación cuyos habitantes aún creen en "el coco"

Anónimo dijo...

Como el coco es cierto, un PSOE derechizado puede ganar sin despeinarse.

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