Lazarillo
No acabo de entender la homilía navideña del señor obispo de San Sebastián, pese a dar por supuesto el buen uso del castellano que caracteriza a monseñor Uriarte y hasta la conmemoración del día de la fecha, significada por un mensaje de esperanza a todos los hombres de buena voluntad. Ha dicho don Juan María ayer ante sus fieles congregados en la catedral del Buen Pastor que se debe hacer todo cuanto esté en nuestras manos por las familias que han sido víctimas de terribles asesinatos que avergüenzan a todos, y también por los centenares de familias guipuzcoanas que echan de menos a un miembro en prisión. A estas familias, según el señor obispo, un nudo en la garganta les ha impedido cantar en torno a la mesa navideña el Ator, ator mutil etxera (Ven, ven chico a casa), villancico navideño vasco pintiparado para rememorar a sus deudos encarcelados. Mire, monseñor, no sé si su eminencia logrará sentir esa vergüenza de la que habla por unos en verdad terribles asesinatos y, al mismo tiempo, creer que quienes los cometen son acaso merecedores de la libertad para que sus familiares puedan entonar, sin un nudo en la garganta, las entrañables coplas a las que alude. Si su eminencia, que cuenta con la autoridad y respeto que sin duda le reconocen sus feligreses, piensa y expresa que sí, en contra del manifiesto parecer de otros de sus respetables colegas, la institución a la que monseñor Uriarte representa, en compañía de los señores Rouco y Cañizares, no puede merecer más que la galopante falta de credibilidad que actualmente inspira entre los españoles. Ese recelo no debería convertirlo su eminencia en enojo o indignación con declaraciones como las que ha propalado desde el altar el día en que se conmemora el nacimiento del Príncipe de la Paz, tan lejos de poner velas a Dios y al Diablo
2 comentarios:
Igual de mal o peor estuvo la del PNV o portavoz del gobierno vasco, que lamenta las muertes por atentado y las muertes en accidente de tráfico de los familiares de los presos etarras.
No quiere decir que los dejen libres, a los presos, sino que los lleven al País Vasco para que no se maten los familiares en la carreteras españolas/opresoras.
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