Lazarillo
Los señores obispos han puesto en marcha una campaña publicitaria para engrosar la insuficiente contribución económica de sus feligreses. La Iglesia está ahora sola ante el peligro, asegura monseñor Antonio Algora, titular de la diócesis de Ciudad Real, como si nos halláramos ante mucho mayores y azarosos riesgos que los derivados de la desidia, indiferencia, dejadez e incluso desconfianza de muchos de los creyentes que se consideran católicos.
Sólo el 33 por ciento de quienes así se declaran (el 77 por ciento de los españoles) vienen colaborando con su aportación en la declaración de la renta al sostenimiento de la institución eclesiástica. Coincidiríamos por lo tanto con el alarmista don Ángel en que ése sí podría ser un síntoma de peligro, máxime -como ocurre por primera vez este año- cuando los 40 millones de euros anuales desembolsados por el Estado a fondo perdido desde hace casi cuatro lustros han pasado a la historia.
Como ahora el sostenimiento de la católica iglesia tendrá una dependencia mayor de la cruz que los contribuyentes marquen en la correspondiente casilla del IRPF, que ha pasado del 0,5 al 0,7 por ciento, los señores obispos se han aprestado a una campaña publicitaria durante el mes en curso que algún acreditado sacerdote no ha tenido reparo en calificar de indigna.
Una vez comprobado el contenido y estilo del mensaje propagandístico, a mí más que indigno me ha resultado el vídeo profesionalmente incompetente. Mucho me temo, por eso, que los respetables monseñores no logren despertar la generosidad de ese alto porcentaje de creyentes remisos a la casilla recaudatoria. La jerarquía eclesiástica utiliza un lenguaje audiovisual sobado, manido, añejo y hasta cursi, en concordancia con una mentalidad desajustada con el presente, que mucho me temo no cosechará la repercusión apetecida.
Si la capacidad para promover una mercadotecnia convincente es así de precaria, cuando la Iglesia se propone nada menos que afianzar su sostenimiento económico, va a resultar que la frase de monseñor Algora puede tener un significado de mayor alcance: Sola ante el peligro por el peligro de quedarse sola. Pronto sabremos los efectos de esa campaña en marcha con los datos estadísticos que nos aporte el CIS.
2 comentarios:
Es responsabilidad de los católicos sostener a la Iglesia Católica y no es lícito que lo haga el Gobierno, pues éste representa tanto a los que son católicos como a los que no lo son. No obstante, si en algun momento de nuestra historia el Estado desposeyó a la Iglesia Católica de bienes que eran legalmente suyos hay que compensarla. Esa es la justificación que se alega para que la Iglesia Católica española reciba dinero público y no sé yo hasta qué punto será cierta la argumentación que la sustenta.
En cualquier caso deseo expresar que no coincido en absoluto con las pretenseiones de los Obispos, ni participio de su osadía en exigir por derecho lo que solo puede pedirse por Caridad. No les hagan ningún caso, que las aves del cielo ni siembran ni siegan y sin embargo nuestro Padre las alimenta.
Esa iglesia se muere de tan vieja y contradictoria...
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