jueves, 22 de noviembre de 2007

Fernán Gómez: Nunca tuvo tanto silencio un mutis final


Félix Población

Sabedor de su grave afección presumí lo peor cuando me enteré de su ingreso en La Paz hace tan sólo unos días. Quizá porque siempre temí este desenlace desde que la enfermedad puso en peligro la vida del viejo cómico. Era el mío un sentimiento totalmente egoísta que se reconfortaba cada vez que don Fernando reaparecía en algún papel o en cualquier acto público. Ahí sigue y persiste, me decía, luego quizá lo tengamos unos años más entre nosotros. Disfruté por eso con más intensidad el placer de admirarle y conmoverme con sus últimos trabajos. Me temo que no podría hoy resistir la revisión de corrido del Maestro de las Mariposas. A la emoción transmitida por su personaje habría que añadir el sentimiento de ausencia por el gran actor desaparecido. Cierto que tampoco podría encajar como mero y distante espectador, por la misma causa, otras muchas actuaciones sobresalientes de Fernán Gómez muy anteriores al último tramo de su largo recorrido por el cine español. De todas ellas me quedo con aquellos tres minutos del memorable Viaje a ninguna parte en los que don Fernando pasa de ser un menesteroso y avejentado cómico de la legua en la mísera España de la posguerra, acuciado por todo tipo de malaventuras, a ocasional y fugaz secundario en el rodaje de una película que le va a reportar a su modesta compañía un dinero más fácil que el del itinerante y sufrido tinglado de la antigua farsa. Creo que pocos actores han podido infundir en el espectador, con una interpretación tan absolutamente primorosa, un sentimiento de tanta elocuencia tragicómica como el que Fernán Gómez genera con su histrionismo teatral, bruscamente desechado por el desquiciado director del film (José María Caffarell). Quizá quienes lean estas líneas juzguen exagerados estos miramientos sentimentales ante la capacidad de conmoción del gran actor fallecido, pero quienes consideramos esa esforzada y hermosa profesión como uno de los materiales más decisivos en la vida cultural de un pueblo, tal como sostenía mi admirado poeta García Lorca, no nos excedemos un ápice al asegurar que nunca tuvo tanto silencio, en el contexto de la cultura española que hemos vivido, el mutis final de una voz. No le podrá la muerte porque quedará inmortalizada en nuestra memoria y eso es lo que nos colma de tanto respeto a la hora de volver a escucharla.

RedDiario
Artículo
QUERIDO FERNANDO
Era tan tímido que las primeras veces que iba a la Academia quedábamos un rato antes en alguna esquina próxima para entrar juntos. Con la asistencia benévola y novelera de Emma Cohen, aquel encuentro previo requería una preparación como de cita de espías: la hora exacta, unos minutos antes del comienzo de la sesión, el lugar preciso, no en la misma puerta pero tampoco lejos. Yo esperaba en la esquina y el coche negro que los traía a él y a Emma se paraba en la esquina. Subíamos del brazo la acera de la calle Felipe IV, y cuando por fin entrábamos él apretaba el mío, en parte para apoyarse por la debilidad de sus piernas, en parte por aquella sensación antigua de sospecharse fuera de lugar. No me costaba nada imaginarlo muchos años atrás, en un aula de la escuela o del instituto o en uno de los primeros teatros en los que tuvo trabajo, el nuevo que no quisiera llamar la atención y en el que sin embargo todos se fijan, el que lo observa todo con la atención entre deseosa y escéptica de los que no ocupan un lugar seguro en el mundo. Pocas personas conozco capaces de despertar tanta ternura.
Antonio Muñoz Molina, El País.

La frase
Gracias por pronunciar la frase más bonita del cine español :"Si conseguimos que una generación de españoles crezca en libertad jamás desaparecerá la democracia". (De La lengua de las mariposas)
Daniel Llesse

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, maestros.

Anónimo dijo...

Era la mejor voz de nuestra cultura. Segurá viva por ese tipo de voz que expresa una cultura.

Anónimo dijo...

Me gusta lo que ha escrito, d. Félix, yo también lo admiraba mucho, gracias.

Anónimo dijo...

Excelente comentario Féliz, da gusto leer tu blog. saludos.

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