Se ha hecho esperar pero al fin hemos tenido noticia de algo que se mascaba en la Redacción del diario El País desde que alguno de sus editorialistas, quién sabe si por marcar absurdas distancias o despechos no menos absurdos con el nuevo periódico progresista Público, decidió escribir el artículo en el que, con una acritiud desaforada mas propia de la prensa ultraconservadora, no sólo descalificaba la figura de Ernesto Guevara y su significación en la emancipación de los pueblos, sino que la insertaba en la siniestra saga de héroes trágicos, presente aún en los movimientos terroristas de diverso cuño, desde los nacionalistas a los yihadistas, que pretenden disimular la condición del asesino bajo la del mártir, prolongando el viejo prejuicio heredado del romanticismo. Por la tardanza en la réplica de los redactores, así como por la lacónica brevedad y tibieza de la misma, tal parece que entre Redacción y directiva pensante no son las actuales la mejores circuntancias de afinidad, a pesar de la remodelación que experimentrá el diario a partir del próximo lunes. He aquí el sucinto texto de la discrepancia suscrito por una mayoría de los periodistas del rotativo: La Redacción de El País quiere mostrar su disconformidad con el editorial titulado Caudillo Guevara, publicado el pasado día 10 de octubre. Más de dos tercios de los redactores (250) consideran que el texto publicado no abordaba en su totalidad la figura de un personaje como el Che Guevara que, con sus luces y sus sombras, es lo suficientemente compleja para haberla tratado como si no hubiera una escala de grises. El Estatuto de la Redacción contempla la posibilidad de discrepar de un editorial siempre que se logren reunir las firmas necesarias, que cifra en un mínimo de dos tercios de los redactores. En ejercicio de este mecanismo de transparencia y democracia interna, único en la prensa española, se ha habilitado este espacio para dejar testimonio de nuestra discrepancia.
jueves, 18 de octubre de 2007
La Redacción de El País disiente del editorial contra Che Guevara
Melibea
Se ha hecho esperar pero al fin hemos tenido noticia de algo que se mascaba en la Redacción del diario El País desde que alguno de sus editorialistas, quién sabe si por marcar absurdas distancias o despechos no menos absurdos con el nuevo periódico progresista Público, decidió escribir el artículo en el que, con una acritiud desaforada mas propia de la prensa ultraconservadora, no sólo descalificaba la figura de Ernesto Guevara y su significación en la emancipación de los pueblos, sino que la insertaba en la siniestra saga de héroes trágicos, presente aún en los movimientos terroristas de diverso cuño, desde los nacionalistas a los yihadistas, que pretenden disimular la condición del asesino bajo la del mártir, prolongando el viejo prejuicio heredado del romanticismo. Por la tardanza en la réplica de los redactores, así como por la lacónica brevedad y tibieza de la misma, tal parece que entre Redacción y directiva pensante no son las actuales la mejores circuntancias de afinidad, a pesar de la remodelación que experimentrá el diario a partir del próximo lunes. He aquí el sucinto texto de la discrepancia suscrito por una mayoría de los periodistas del rotativo: La Redacción de El País quiere mostrar su disconformidad con el editorial titulado Caudillo Guevara, publicado el pasado día 10 de octubre. Más de dos tercios de los redactores (250) consideran que el texto publicado no abordaba en su totalidad la figura de un personaje como el Che Guevara que, con sus luces y sus sombras, es lo suficientemente compleja para haberla tratado como si no hubiera una escala de grises. El Estatuto de la Redacción contempla la posibilidad de discrepar de un editorial siempre que se logren reunir las firmas necesarias, que cifra en un mínimo de dos tercios de los redactores. En ejercicio de este mecanismo de transparencia y democracia interna, único en la prensa española, se ha habilitado este espacio para dejar testimonio de nuestra discrepancia.
Se ha hecho esperar pero al fin hemos tenido noticia de algo que se mascaba en la Redacción del diario El País desde que alguno de sus editorialistas, quién sabe si por marcar absurdas distancias o despechos no menos absurdos con el nuevo periódico progresista Público, decidió escribir el artículo en el que, con una acritiud desaforada mas propia de la prensa ultraconservadora, no sólo descalificaba la figura de Ernesto Guevara y su significación en la emancipación de los pueblos, sino que la insertaba en la siniestra saga de héroes trágicos, presente aún en los movimientos terroristas de diverso cuño, desde los nacionalistas a los yihadistas, que pretenden disimular la condición del asesino bajo la del mártir, prolongando el viejo prejuicio heredado del romanticismo. Por la tardanza en la réplica de los redactores, así como por la lacónica brevedad y tibieza de la misma, tal parece que entre Redacción y directiva pensante no son las actuales la mejores circuntancias de afinidad, a pesar de la remodelación que experimentrá el diario a partir del próximo lunes. He aquí el sucinto texto de la discrepancia suscrito por una mayoría de los periodistas del rotativo: La Redacción de El País quiere mostrar su disconformidad con el editorial titulado Caudillo Guevara, publicado el pasado día 10 de octubre. Más de dos tercios de los redactores (250) consideran que el texto publicado no abordaba en su totalidad la figura de un personaje como el Che Guevara que, con sus luces y sus sombras, es lo suficientemente compleja para haberla tratado como si no hubiera una escala de grises. El Estatuto de la Redacción contempla la posibilidad de discrepar de un editorial siempre que se logren reunir las firmas necesarias, que cifra en un mínimo de dos tercios de los redactores. En ejercicio de este mecanismo de transparencia y democracia interna, único en la prensa española, se ha habilitado este espacio para dejar testimonio de nuestra discrepancia.
2 comentarios:
Se podría considerar lo que digo una crítica interesada, una más en contra del medio de más prestigio en España y en el extranjero, pero creo que las remodelaciones esconden a veces crisis y que El País está en la primera de cierta entidad, no sólo porque el periódico ha de adaptarse a una línea más definidad y comprometida en su progresisismo, sino porque las generaciones más jóvenes no están tan interesadas por el diario como las que crecieron con El País.
La verdad es que queda muy bien de puertas afuera un comunicado de los redactores en el que disienten con un determinado editorial. ¿A que no encontramos eso en El Mundo, por ejemplo? Antes bien, de El Mundo se les van a otros periódicos los redactores, entre ellos a El país.
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