jueves, 18 de octubre de 2007

Un beato torturador y un sacerdote fusilado que no será mártir

Lazarillo

Me enteraba ayer, gracias a una información publicada en el diario 20minutos en el primer caso y a una carta aparecida en la sección correspondiente del diario El País en el segundo, de la existencia de un torturador que será beato al cabo de unos días y de la de un sacerdote más que no será considerado mártir por El Vaticano el venidero domingo 28 de octubre porque fue fusilado por el bando rebelde y vencedor durante la Guerra Civil.

La primera referencia lleva el nombre del fraile agustino Gabino Olaso Zabala (en la primera foto), incluido entre los 497 sacerdotes y religiosos que próximamente incrementarán el beaterio de la católica iglesia, asesinado por el bando republicano. Según hace constar la página cristiana de John J. Allen, publicada en Estados Unidos, don Gabino torturó a otro sacerdote muchos años atrás, cuando Mariano Dacanay, que así se llamaba, fue acusado de simpatizar con el movimiento independentista en Filipinas, durante el último periodo de la etapa colonial. La acusación la expone el propio don Mariano en sus escritos.

En cuanto al segundo caso, ésta es la carta firmada por don Manuel Francisco Riera Martínez, publicada en la edición de ayer del diario El País, en la que el señor Riera reprocha a la Iglesia su doble rasero al anotar en su martirologio sólo a las víctimas de una parte, la republicana, y dejar de lado a otros miembros de la institución católica, apostólica y romana que como Jeroni Alomar (en la segunda foto), sacerdote de la localidad mallorquina de Llubí, fueron asesinados por las tropas franquistas:

En aquel verano de 1936, Jeroni Alomar, Poquet, era sacerdote en Llubí, un pueblo del centro de Mallorca.Hay que recordar que el "alzamiento" triunfó en Mallorca sin lucha, y que antes del mismo tampoco se había ejercido violencia alguna contra las gentes de derechas o la Iglesia, lo que no impidió la sangrienta represión, los centenares de asesinados en las cunetas de las carreteras por haber figurado en listas electorales del Frente Popular, por estar afiliado a un sindicato o pertenecer a un partido de izquierda o incluso de centro. En aquel clima, Jeroni Alomar contribuyó decisivamente a salvar la vida de algunas personas -alcaldes o concejales de algún pueblo vecino al suyo-, facilitándoles la huida en barca a Argelia. Detenido y juzgado en uno de aquellos vergonzosos consejos de guerra por "auxilio a la rebelión", fue fusilado en junio de 1937. Sin duda, Jeroni Alomar era "culpable" de su "delito". Este delito, en términos laicos, no era otro que sentido de justicia, solidaridad con las víctimas y profunda humanidad. Pero, además, y si no me equivoco, tales sentimientos y comportamiento se ajustan a lo que, según dicen, debe entenderse por "caridad cristiana"; dicho en otras palabras, desde el punto de vista católico este sacerdote fue fusilado precisamente por cumplir con su obligación de buen cristiano y de sacerdote (por cierto que el obispo -Miralles-, incondicional de los sublevados, consintió el crimen sin mayores protestas). Si la Iglesia fuera otra cosa que una monumental, monstruosa, estructura de hipocresía, ¿no es evidente que debería exponer para admiración e imitación el ejemplo de ese sacerdote? ¿Por qué no lo hace? ¿Por qué será que no me sorprende en absoluto que la jerarquía católica ni siquiera mencione este caso, sino que trate de cubrir de olvido al pobre Jeroni Alomar, culpable de haberse creído lo de la caridad?

Breviario
RAJOY: LA LEY DE LA MEMORIA HISTORICA NO SIRVE PARA NADA
Según don Mariano Rajoy, en declaraciones a Radio Nacional de España esta mañana, la Ley de Memoria Histórica es un error descomunal que no sirve para nada y sólo genera enfrentamientos. Dicho por alguien -añadió como razón de peso- que tiene que ver con el franquismo lo mismo que con China. Deberían tener que ver don Mariano con las víctimas, antes que con el franquismo, para que su criterio fuera aceptable, además de excluir la participación de su partido en la beatificación de Roma para evitar que se generen los enfrentamientos a los que alude.
DdA

12 comentarios:

Anónimo dijo...

La beatificación de un católico conlleva un largo proceso previo en el que deben quedar bien demostrados los méritos de la persona. En el caso de martirio basta con la demostración de que se sufrió muerte por causa de ser católico, pues por muy pecador y malo que uno haya sido el martirio es un bautizo de sangre. Y para un católico el bautismo borra todo rastro de pecado. Y quien muere sin tener pecado, evidentemente está en la presencia de Dios eternamente. Nadie tiene la obligación de creer estas cosas, pero si no se cree en ellas sería mucho mejor que no se emitieran opiniones basadas en el supuesto de que l Iglesia Católica es únicamente una potencia política temporal.

Anónimo dijo...

Deberíamos dejar en paz a los muertos de uno y otro lado. Para eso es preciso que los muertos enterrados sin nombre en las cunetas merezcan al menos el mismo trato que los que han sido considerados mártires y héroes durante cuarenta y muchos más años como acaba de demostrar la Iglesia.

Anónimo dijo...

Hay, a mi juicio, razón en lo que dice y por eso suele colocarse la inscripción R.I.P en las lápidas. Paz, pues, a los que murieron y si no han podido recuperarse sus cuerpos hágase cuanto sea posible para que reciban una sepultura digna, porque es obra de misericordia enterrar a los muertos. No obstante, para hacer eso no se requiere otra Ley que la de Dios.

Anónimo dijo...

Digamos entonces que Dios anda un poco retrasadillo haciendo esos deberes y hay quien todavía se opone.

Anónimo dijo...

No debería emplearse el nombre de Dios tan en vano.

Anónimo dijo...

Esos deberes nos corresponden hacerlos a nosotros y, ciertamente, si no los cumplimos por amor no vamos a cumplirlos porque nos lo imponga la Ley. Viceversa: si hay amor, sobra la Ley.

Anónimo dijo...

Pues hala, enamorémonos todo.

Anónimo dijo...

Sí; pero sobre todo no hagamos leyes hipócritas cubriéndolas con amor, cuando lo que esconden es el odio.

Anónimo dijo...

Tampoco conviene invocar esa palabra en vano en este país que tantas veces se mató por eso.

Small Blue Thing dijo...

Mis oraciones por el padre Jeroni y por todos los que dan su vida por sus amigos, tal y como dicen Los Evangelios de Jesús (la paz y las bendiciones de Allah sean con él).

Tienen demasiada memoria y por eso no quieren recordar.

Antoni Puig Solé dijo...

Curioso el argumento de que la santidad se otroga por que los que asesinaron a los supuestos santos les quitaron la vida por su condición de católicos. En muchos casos la razón fue otra: Primo su condición de fascistas o de quintacolumnistas. Por otra parte, es una falta de coherencia meter a un montón de situaciones diversas y particularizables dentro de un mismo saco y santificarlos a todos en manada. Otra pregunta: ¿qué prueba se aporta para demostrar que los supuestos santos sufrieron muerte por causa de ser católicos?. Parece que la única prueba contrastable es la carecterización que dio el franquismo de la guerra civil al considerarla como una "cruzada".Pero esto es una falsedad histórica. El bando republicano no luchó en contra de la iglesia, luchaba por defender la democracia frente al golpe fascista. Viendo todo esta incoherencia se me ocurren una serie de preguntas: ¿Fueron santos todos los que murieron en la mal llamada reconquista?.¿Fueron santos todos los cruzados?.¿Fueron santos todos los muertos en las torres gemelas?.¿Son santos todos los soldados norteamericanos muertos en la guerras de ocupación de Afganistán e Irak?.¿Serán santos todos los soldados del ejército blanco que provocaron la guerra después de la revolución de Octubre?. Parece que el número de santos se va ha tener que incrementado de manera exponencial. Pero creo que la razón es otra: Los fascistas se ayudando mutuamente para poder hacerse con el control del cielo y a los rojos nos reserva el infierno. Menos mal que soy ateo.

Anónimo dijo...

Evidentemente, la Iglesia es un club privado en el que ellos marcan sus reglas de admisión, así como también las condiciones en las que sera admitido uno a la presencia del Gran Jefe... si existe.

Por mí, desde luego, pueden decir cuantas vece quieran que un sospechoso de torturador es beato, o está en presencia de Dios. Con su pan se lo coman.

Por la misma razón, respete la Iglesia, sin tomar partido contra ellas, las leyes aprobadas democráticamente por el Parlamento español.

Respecto a tomar el nombre de Dios en vano... ¿qué dios? ¿su dios? ¿el mío? ¿no es también cierto que el dios de los musulmanes manda que no se realicen representaciones de la figura humana? ¿y que el dios de los judíos manda no adorar a santos ni santitos, ni virgenes ni virgencitas?. Antes de exigir que no se tome el nombre de su dios en vano, los cristianos deberían hacer un esfuerzo por no tomar el de los demás dioses.

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