martes, 16 de octubre de 2007

Dos arzobispos de América: Romero y Storni

Melibea

1.- Hace 27 años, un francotirador acabó con la vida de Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de El Salvador (a quien corresponde la imagen), mientras oficiaba una misa en una iglesia de la capital. Monseñor Romero empeñó su vida en pro de los humildes y en defensa de los derechos humanos. La investigación de su asesinato se vio afectada en 1993 por una ley de amnistía que comprendía todos los crímenes políticos cometidos antes de 1992, inserta a su vez en un plan de reconciliación tras una larga y sangrienta guerra civil. Hoy en día, tanto la Conferencia Episcopal salvadoreña como diversas organizaciones civiles acusan al Estado de no estar cumpliendo las recomendaciones que en 2000 emitió al respecto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y reclaman que asuma su responsabilidad en la negligencia durante la investigación del asesinato de monseñor Romero.

2.- Hace apenas un lustro que renunció al arzobispado de Santa Fe, Argentina, tras ser denunciado por el abuso sexual de un seminarista. Desde entonces, monseñor Gabriel Storni cobra una asignación vitalicia del Estado basada en un decreto del dictador Videla relativo a los obispos retirados. Pero su caso ni siquiera se encuadra en esa norma: no ha cumplido los 75 años de edad exigidos ni dejó el cargo por discapacidad. Por eso hoy es Nota de Tapa en el diario argentino Página/12.

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