martes, 18 de septiembre de 2007

Leonardo Boff: Las alternativas energéticas amenazan el futuro

Melibea

Le recordaba el periodista don Francisco Peregil al presidente Lula da Silva, en la larga entrevista publicada el pasado domingo en el diario El País, que entre el 75 y el 80 por ciento de los vehículos nuevos que se venden en Brasil están equipados con motores flex, aptos para gasolina o alcohol, y que el mandatario brasileño está ofreciendo etanol a Europa y Estados Unidos, con lo que eso presupone: una superficie nueva para la caña de azúcar. La pregunta, por lo tanto, era obligada por parte del redactor: ¿De dónde saldrá esa superificie y si será a costa de reducir terreno a los ranchos y el ganado? A lo que el señor Lula da Silva respondió: Brasil tiene un territorio inmenso: 850 millones de hectáreas; y 360 millones pertenecen a la Amazonia y son intocables. No vamos a plantar biocombustibles allí. Pero tenemos 440 millones de hectáreas. De ésos, apenas el 1% está siendo plantado con caña de azúcar; en el 4%, soja. Brasil tiene un potencial extraordinario para plantar biocombustibles. Además, no es posible implantar la idea de que el biocombustible se opone a la seguridad alimentaria. Los progresos tecnológicos han demostrado que se cosecha más en un espacio menor. Hoy, en una hectárea, producimos cuatro veces y media más caña de azúcar de lo que producíamos en 1975. Un pollo que hace poco tardaba 90 días, hoy ya se mata en 40; un buey que poco tiempo atrás llevaba 48 meses, hoy en 18 meses ya está listo. Como la contestación del señor presidente no me satisfizo, recurro hoy al último artículo publicado del teólogo Leonardo Boff, que bajo el título de Las alternativas energéticas amenazan el futuro teme la posibilidad de que una superproducción de etanol comporte el peligro de lluvias ácidas, como sucedió en Malasia con un 87 por ciento de superficie deforestada: El memorando Bush-Lula prevé una producción masiva de etanol, sea de caña (Brasil), sea de maíz (USA). Actualmente Brasil produce 17.500 millones de litros de alcohol. Con la utilización de 90 millones de hectáreas cultivables podrá llegar a producir 110.000 millones de litros, pudiendo controlar el 50% del mercado mundial. La afirmación de que es una energía limpia es incompleta. Es limpio sólo su uso en los automóviles. Pero su proceso de producción es contaminante porque incluye fertilizantes, transporte, almacenamiento, máquinas y liberación de nitrógeno, que contamina poderosamente las aguas y, al transformarse en ácido nítrico, produce lluvias ácidas, dañinas para los bosques. Ojalá no ocurra en Brasil lo que ocurrió en Malasia: un 87% de deforestación, expulsión de los campesinos y tierras sustraídas a la producción de alimentos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay pocas personas sensatas tan dignas de confianza como Boff. Lula dice que no dejará nunca la política y política es lo que hace. Boff hace humanidad con sus palabras.

Anónimo dijo...

Al respecto, puede ser interante leer "Vivir (bien) con menos", Ed. Icaria, B. 2007, donde Jorge Riechmann expone unos cuantos breves pensamientos sobre la crisis ecosocial.
Ref.: http://www.terra.org/articulos/art01886.html

Anónimo dijo...

Muchas gracias po la información. La tendré en cuenta.

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