miércoles, 19 de septiembre de 2007

Electoralismo social y electoralismo con ETA

Lazarillo

Al anuncio del cheque-bebé, con el que el señor Presidente del Gobierno concluyó el pasado curso político, le siguió al inicio del vigente la nueva del incremento de las pensiones mínimas, seguida más tarde por la posibilidad de que nuestros adolescentes dispongan de atención gratuita para su salud dental, según promesa del reciente Ministro de Sanidad, el risueño señor Soria.

Ahora, la señora Ministra de Vivienda acaba dar a conocer -en presencia de ZP y con la anuencia del señor Solbes- la ayuda económica de 210 euros que acordará el Gobierno para facilitar el acceso a la vivienda de alquiler de los jóvenes con menos de 24.000 euros de ingresos. Una alternativa así o similar estaba pendiente desde que el señor Rodríguez Zapatero salió al ágora televisivo de La Primera y dejó sin respuesta a quienes demandaba algún tipo de iniciativa en ese área, tan decisiva para la emancipación del colectivo afectado, cuya incidencia en las urnas podrá ser asimismo decisiva.

Como era de suponer, y a falta de casi seis meses para los comicios generales, al portavoz del Partido Popular en el Congreso le ha parecido esa decisión un golpe de efecto electoralista por parte del Ejecutivo, que trata de seguir engañando de manera chabacana a la ciudadanía. Por tratarse del facundo Zaplana, no me sorprende la agudeza de su criterio, derroche una vez más de su capacidad manida y flácida de replicar a una medida del Gobierno que, como las otras citadas, ha causado serios daños en las expectativas electorales del aznarato genovés.

Durante la actual legislatura, todo un trienio ha discurrido en torno a la política territorial y a la malograda tregua de ETA. Con relación a lo primero, ayer hemos podido comprobar sus rescoldos con esa exhibición grotesca de camisetas futbolísticas variopintas, esgrimidas por los señores diputados nacionalistas como divisa pedestre de sus respectivos países. Respecto a lo segundo, la política de la airada oposición sí quedará en el Diario de Sesiones del Congreso como lamentable testimonio de un electoralismo rastrero basado por primera vez en la disidencia con la política antiterrorista aprobada por la mayoría parlamentaria

Muchos españoles nos apuntamos con gusto a este otro tipo de electoralismo que consiste en cumplir objetivos con los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Hacían falta y están dentro de lo cabe esperar de una gobernación socialdemócrata a lo largo de una legislatura caracterizada por el superávit, que para eso está, administrado con la debida prudencia.

El señor Zaplana, no obstante, debería ser más discreto a la hora de hacer sus críticas en materia de vivienda. Sobre todo porque, según refleja don Ignasi Pellicer, su residencia de 500 metros cuadrados en la zona noble de Madrid le supone una hipoteca de 8.044,47 euros. ¿Cómo se las arregla don Eduardo con su módica soldada de 6.700 euros?, se pregunta el director de Confidencial 7-D y todo aquel que haga números.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cualquier argumento hubiera sido mejor que de Zaplana, pero no da más de sí, tres años y pico de pereza mental no son un buen entrenamiento. Este señor es una rémora para cualquier partido. Y su compañero Acebes no le va a la zaga.

Anónimo dijo...

Cualquier argumento hubiera sido mejor que el de Zaplana, pero no da más de sí, tres años y pico de pereza mental no son un buen entrenamiento. Este señor es una rémora para cualquier partido. Y su compañero Acebes no le va a la zaga.

Anónimo dijo...

Si esto como dice El País ya existía, la media se queda en electoralismo, menos lamentable que el del PP, pero igual de oportunista.

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