jueves, 30 de agosto de 2007

La capa magna del primado Cañizares


Félix Población

Leo que el cardenal primado de España presidió el pasado mes de julio una ceremonia religiosa en las inmediaciones de Florencia con el ostentoso atavío de la capa magna, propio de las nada ejemplares calendas de los Borgia o cualesquiera otras del vetusto pasado, como si con tal proceder su objetivo fuera reafirmar las tentaciones retrospectivas del actual pontífice y la alta curia vaticana.

La imagen que ilustra este comentario podría pertenecer al más rancio y oscuro tiempo en que la católica iglesia, además de inspirar temor con las penas del infierno, cifraba su poder de sugestión sobre la feligresía en los alardes del boato y la magnificencia. Sucedió sin embargo en la dulce Toscana de nuestros días, con motivo de la ordenación de curas celebrada en el Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote, ubicado en la localidad de Gricigliani y fundado por el cardenal Siri. A este prelado, candidato a suceder en su día al Papa Juan XXIII, se le atribuye una frase, alusiva al concilio Vaticano II, que define la orientación de la institución citada: Hará falta más de veinticinco años para restaurar el mal que ha hecho a la Iglesia Juan XXIII.

El primado Cañizares, puesto que Benedicto XVI así lo ha permitido como alternativa opcional últimamente, presidió la ceremonia ateniéndose a la liturgia del ritual tridentino, para la que además tiene licencia -según he podido leer- el citado instituto como testimonio de fidelidad a la llamada misa de Pío V. Dice don Javier Morán, articulista del diario La Nueva España, que la sobredicha capa magna perdió vigencia desde que el Papa Pío XII optó por recortar los excesos en el atuendo del colegio cardenalicio. Fue Pablo VI quien mediante la Instrucción sobre vestido, títulos y escudos de amas de cardenales, obispos y prelados decidió en 1969 que tal prenda, siempre sin armiño, no será obligatoria, y sólo puede utilizarse fuera de Roma en circunstancias especialmente solemnes.

El señor Morán, que fue quien me descubrió esta noticia con su artículo, establece al final del mismo un gracioso símil cuando trata de imaginar la razón por la cual la capa magna, con sus cinco metros de longitud, fue proscrita en Roma: La cola de una capa se denomina «train» en inglés, de modo que en un acto con varios cardenales se formaba un convoy interminable. Si un tren de Alta Velocidad necesita un andén de 400 metros de longitud para desenvolverse, el colegio cardenalicio requeriría un corredor de no menos de 500 metros para procesionar.

Claro que esa distancia no es nada si se compara con la creciente lejanía que media entre la imagen que representa ataviado de esa guisa el arzobispo de Toledo y primado de España y este reconocido mensaje del apostol Mateo:

Entonces el Rey dirá a los de su derecha: «Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui extranjero y me acogisteis; estaba desnudo y me vestisteis;enfermo y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí».

Eso ocurre en la parroquia de san Carlos Borromeo del barrio de Entrevías, en Madrid, que la jerarquía eclesiástica pretende cerrar y donde los curas no gastan capa magna sino atuendo de calle para prestar su ministerio al pie de la letra evangélica.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese boato es tan grotesco y fuera del presente como la postura mental de esos prelados sobre el mundo de hoy. Se puede decir por eso que Cañizares viste la liturgia ritual más coherente con su pensamiento.

Anónimo dijo...

¿Y en qué lavadora se mete esto? Ah, ya, las abnegadas monjas...(¿O es de esas cosas que es mejor no lavar ni airear para que se conserven tal como son? Ay, ay, ay...)

Anónimo dijo...

Esa capa hiede... se alcanza a sentir la mortecina en la manera como la levantan los siervos de la gleba que van detrás.
Estoy con Rosa. No solo se trata de un boato grotesco sino también pornográfico... sobre todo por el color del atuendo.

Anónimo dijo...

¿No retransmitió lo de la capa la cope como la mani de los obipos contra el matrimonio gay?

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