viernes, 17 de agosto de 2007

Atropellan el porvenir del oso en los Pirineos


Félix Población

Si entre los lectores hay alguno que sigue las informaciones de la Fundación Oso Pardo sabrá que no son raras las noticias sobre esa gentuza desaprensiva que atenta de varia forma contra el porvenir de este hermoso animal en peligro de extinción. El furtivismo o el uso de cepos y venenos sigue siendo una práctica en ejercicio por parte de esos energúmenos. Con todo, y gracias a organizaciones como la citada y a la cada vez más responsable concienciación ecológica de los lugareños, nuestra cordillera Cantábrica ha asistido en los últimos años a un crecimiento significativo del número de osos, cifrado ahora en torno a 130 ejemplares. Desde la fundación aludida se asegura incluso que se ha dado un proceso mental ejemplar entre los habitantes de esas zonas de montaña: se ha pasado de la animadversión hacia ese poderoso mamífero a un cierto orgullo por dar cobertura a su futuro en el territorio que siempre ocupó.

No ocurre lo mismo en la vertiente francesa de los Pirineos, donde acaba de aparecer atropellada por un vehículo Franska, una de las osas eslovenas destinadas a repoblar un ámbito donde según la FOP sólo subsisten dos osos machos autóctonos y ha sido preciso integrar en el mismo hasta 13 ejemplares procedentes de Eslovenia. Cuatro de estos animales eran hembras, de las que sólo dos sobreviven hoy en día, pues a la muerte de Franska hace unas fechas hay que sumar la de otra osa el año pasado, víctima al parecer de un despeñamiento.

Los ganaderos franceses se mostraron en su día muy reacios a la repoblación de osos en los Pirineos, hasta el punto de amenazar con todo tipo de acciones para evitarlo. En el caso de Franska se llegó a asegurar que había matado 150 ovejas, algo totalmente delirante y desproporcionado en un animal que sólo llevaba un año por aquellos montes y que no casa para nada con los daños originados por esos plantígrados en la cabaña ganadera, calculables en menos de un 1 por ciento según las organizaciones ecologistas.

La fotografía que acompaña este comentario no pasó de ser descrita en los medios como un simple atropello accidental en una carretera próxima a la localidad de Lourdes, pero la necropsia verificada días después constató que el animal había sido baleado previamente. Quizá nunca se descubra al culpable o culpables de esa ignominiosa tropelía o a la cuadrilla de malhechores que persiguen el acabamiento del oso en los Pirineos, pero me reconforta saber, ante el renaciente porvenir de ese animal en nuestra cordillera Cantábrica, que entre los lugareños de esta abrupta y familiar geografía la niebla ciega de esa barbarie depredadora ha dejado paso a la luz de la armonía ecológica, conscientes de que todos estamos en juego cuando el porvenir de cualquier especie lo está y habita tan cerca de nosotros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y eso que los franceses tienen fama de respetar al reino animal, lo digo por los perritos de París que cagan tanto, pero otra cosa es sacarle cuartos al estado a cargo de las alimañas osos.

Anónimo dijo...

Matan porque están muertos.

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