lunes, 23 de julio de 2007

El ridículo secuestro de El Jueves

Melibea

Comparto todas las observaciones que hace don Pascual Serrano en su web respecto al secuestro del último número del semanario El Jueves, en cuya portada aparecían sendas caricaturas del príncipe heredero y su esposa en efusiva y placentera coyunda. La masiva difusión de la ilustración se ha debido al inestimable concurso de la Fiscalía General del Estado, gracias a la cual el dudoso mérito satírico de la viñeta ha pasado a ser noticiosa incidencia durante el pasado fin de semana. Y aunque el señor Serrano se equivoca en eso de que por Internet se puja ya hasta por 2.500 euros para adquirir ese histórico ejemplar de la publicación, en cuyo caso vendería de inmediato el que poseo con muchísimo gusto, considero impresindible leer las pragmáticas anotaciones que don Pascual hace del percance porque no las he encontrado tan claramente expuestas en ningún otro medio: Con la reproducción de la portada -dice el señor Serrano- hemos asistido a la curiosa situación de contemplar periódicos, revistas y televisiones que nos decían que publicar y difundir esta viñeta, tal y como nosotros estamos haciendo ahora, está considerado un delito por el juez del Olmo merecedor de la incautación de la publicación. De forma que mediante la difusión del chiste, los medios están informando de que es delictivo difundirlo. En realidad sucedió algo parecido cuando hace años Batasuna difundió un vídeo de ETA, la dirección de la coalición política fue encarcelada y el resto de los medios difundían el mismo vídeo ilegal para informarnos de por qué fueron encarcelados los dirigentes de Batasuna. Si se hubiese cumplido estrictamente la medida judicial, la policía y la Guardia Civil debería haberse personado en aproximadamente cinco mil quioscos del país para incautar la revista, lo que hubiera demostrado un operativo tan espectacular como ridículo. Supongo que no se cumpliría esa orden del juez ya que la revista se agotó en los puntos de venta mucho antes, es decir, la decisión logró que desapareciera la revista de los quioscos, pero no mediante el secuestro sino mediante la aceleración de las ventas y, por tanto, la difusión, objetivo a evitar por el juez. El autor también se refiere a la ridícula obsolencencia decretada por el juez acerca de la destrucción de los moldes, lo cual denota el grado de desfase tecnológico de la judicatura en lo que respecta a los modernos métodos de impresión. (www.pascualserrano.net)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy dispuesto a comprarle ese ejemplar por cincuenta euros, Melibea, ¿hay quien dé más?

Anónimo dijo...

No puedo evitar la sospecha de que la Fiscalía actuó a instancias de la Casa Real, sólo así se explica la tardía decisión.

Anónimo dijo...

Al quitar la causa, el Juez del Olmo potenció el efecto y la secuestrada portada aparece hoy hasta en la misma sopa, vamos. En cuanto al efecto potenciador de la "rectificación" en la que la Princesa aparece bajo la forma de humilde flor, solo cabe decir que contribuye a realzar la rídicula actuación del señor Juez. Personalmente coleccionaria las dos portadas; en la primera pondría este título. " intolerable desacato a la Corona"; en la segunda, únicamente éste: "rectificación".

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