miércoles, 2 de mayo de 2007

La política de la muerte

Lazarillo

Llegados al último tránsito de la presente legislatura, en vísperas de una elecciones municipales y autonómicas, y a la espera de las próximos comicios generales, a la airada oposición se le ha desinflado el globo de la conspiranoia, programado por sus medios afines con pertinaz, zafia, injuriosa y amarillenta audacia, y ya sólo le queda el recurso de ETA y sus próximos como materia sobre la que elaborar su monocorde y tedioso programa político.

Se pasa, pues, de utilizar de modo partidista y sectario a las víctimas del 11-M, aplicándoles en origen un verdugo que no se corresponde con el real, a echar en cara al Gobierno de la nación supuestas connivencias con la banda terrorista y el abertzalismo etarra, en menosprecio de cuantos ciudadanos padecieron su asesina ofensiva armada. El Partido Popular no parece que tenga más discurso que el del aprovechamiento de la muerte para afrontar una nueva cita en las urnas, tal como hizo, sin que hasta ahora haya pedido perdón por ello, en las horas y días sucesivos a los atentados islamistas en Madrid.

Lo que digo no forma parte de la propaganda electoral elaborada por el Partido Socialista para acometer la próxima campaña. Muy al contrario, esa estrategia, la de no cejar en el empeño de acomodar la política antiterrorista del Gobierno a lo caprichos de ETA y Batasuna, se incluye como quintaesencia del llamado manual del candidato que el PP ha esbozado para que quienes aspiren a concejalías y alcaldías desde esas siglas convenzan al respetable para que les vote.

Hasta cierto punto, y aun teniendo en cuenta que el problema del terrorismo es algo que vuelve a preocupar a los españoles, resulta un tanto extraviado apelar al mismo como asunto fundamental por resolver cuando lo que se va a ventilar este mes en las urnas se constriñe sobre todo a los asuntos cotidianos que más afectan a la ciudadanía en la gestión de su municipio.

Si la airada oposición utiliza ese desgastado manual porque no tiene otro a mano del que echar voz cuando lo que está en juego es la administración de los municipios y una mayoría de nuestra Comunidades Autónomas, malo. Si lo emplea a sabiendas de que pese a lo desgastado puede funcionar, peor.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Para tener nuevas ideas se necesitan nuevos líderes y los que hoy tiene el PP están marcados por un pasado demaniado ominoso y reciente como para desmarcarse de sus viejos vicios. Puede que en estas próximas elecciones el PP mantenga sus ciudades y autonomías, pero perderá votos y hasta es posible que no sepa leer el significado de esa pérdida por no hacer reformas en el partido que quizá considere precipitadas. Pero si no las hace ahora corre el peligro de enfrentarse a una más seria crisis en el futuro.

Anónimo dijo...

Una oposición seria hubiera tenido posibilidades de desbancar al PSOE del poder en las elecciones del año que viene. No creo que en las municipales se den muchas diferencias con los resultados de 2003.

Anónimo dijo...

Por lo visto y leído se conoce ya la verdad de lo ocurrido el 11-M. Pues a ver; digánmela. Señálenme a los culpables del brutal atentado y dígase también qué pruebas existen de tal culpabilidad. Hasta que tales cosas no ocurran, pueden hacerse las suposiciones que se quieran y éstas serán tanto más exageradas, cuanto más se dilate el conocimiento de la verdad. No es lícito, por tanto, acusar al PP de crear una teoría conspiratoria. Primero, porque no la ha creado; segundo, porque apenas ha utilizado electoralmente hablando un tema que les aseguro que da para mucho y en tercer lugar porque le interesa muy mucho dejar que la Ley cumpla con su misión. Algunas veces aún puede. Por otro lado, y dado el panorama electoral que se presenta, comprendo que se quiera satanizar al PP, aunque vistas las cosas cada vez resulte más difícil y forzado hacerlo.

Anónimo dijo...

Para satanizar habría que ser antes ángel y ese angélico estado lo perdió el PP el mismo día en que no quiso digerir su derrota.

Anónimo dijo...

No la impugnó, empero, y que yo sepa hubiera podido hacerlo habida cuenta de las manifestaciones que tuvieron lugar en la llamada jornada de reflexión. Y puestos a no digerir, también yo podría decir que el PSOE no digiere el hecho de que el PP tenga casi diez millones de electores. Observe usted, en cambio, que si lo dijera sin aportar pruebas cometería el mismo error que cometen los que hablan de malas digestiones.

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