martes, 27 de febrero de 2007

Las réplicas vivas de la Historia

Félix Población

Don Eduardo de Guzmán fue un avezado periodista y escritor libertario a quien tuve el honor de conocer en mi etapa moza de reportero en agraz. Era un anciano discreto, cultivado y nada proclive a fantasear sobre su biografía, quizá porque quienes la forjan como él a base de esfuerzo y dedicación vocacionales no precisan de otra credencial que la que dimana espontáneamente de esa experiencia.

El oficio de historiador contemporáneo permite sentar cátedra sobre determinadas cuestiones que por su alejamiento del presente no suelen contar con la réplica de quienes han vivido de cerca esos episodios. Quedan cada vez menos sobrevivientes de los agitados años treinta en España y apenas tiene más riesgo que el de un comentario erróneo sostener, como hacía recientemente don Antonio Elorza en su artículo Guerra de palabras (El País, 21 de febrero), que los anarcosindicalistas y comunistas que trabajaban en el diario republicano La Tierra estaban debidamente subvencionados por la derecha monárquica.

Al señor Elorza, catedrático de Ciencia Política, le tengo la consideración y respeto que merece por sus obras de historia social sobre el pasado siglo. Estimo, no obstante, que como otros colegas suyos de no menor nombradía, a la hora de enjuiciar determinados pasajes con protagonismo anarco-comunista, se deja llevar por generalizaciones o prejuicios que, como en el caso que nos ocupa, pueden depararle una sorpresiva y convincente réplica por parte de quienes convivieron con los protagonistas.

Del diario La Tierra no es la primera vez que leo lo que don Antonio acaba de publicar en El País. Para desmentirlo, sin embargo, en vivo y en directo, ha sido la viuda del propio don Eduardo de Guzmán quien ha suscrito el pasado domingo una Carta al Director de ese medio en la que, aparte de subrayar el activo papel de La Tierra en el advenimiento de la II República, hace sucinto balance del alto precio que pagaron algunos de los que estuvieron al frente y trabajaron en ese diario:

Mauro Bajatierra fue asesinado por las tropas franquistas, Eduardo Barriobero fue fusilado por las mismas a su entrada en Barcelona, Cánovas Cervantes -propietario y director del periódico subvencionado por la derecha monárquica- falleció en el exilio en Venezuela en la mayor indigencia, Merchor Rodríguez y el mismo Eduardo de Guzmán purgaron muchos años de cárcel tras serles conmutada la pena de muerte.

Doña Carmen Bueno Uribes, anciana viuda del redactor-jefe del periódico La Tierra, firmó el pasado domingo esa carta con la energía, lucidez, dignidad y amor de un testimonio que para don Antonio Elorza, y para quienes como él yerran en perjuicio de la memoria de esos u otros nombres, debería representar toda una cura de humildad y un correctivo de muy humano temple y elocuencia. La vida y la muerte desmienten en esta ocasión a la erudicción libresca, fría, atrevida y me temo que muchas veces muy poco contrastada.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Aún no puede hacerse verdadera Historia de nuestra guerra civil, pues las heridas del triste conflicto aún no están cerradas y siendo así no se pueden contemplar los hechos con objetividad. La primera historia de los hechos del Gran Alejandro se escribió cien años después de su muerte; pero la más objetiva fue escrita por historiadores romanos. Alejandro Magno murio en el 323 antes de Cristo.

Anónimo dijo...

Debe de ser muy duro para quien vio a su marido muchos años en la cárcel por culpa del bando vencedor, leer en un periódico de prestigio, muchos años después, que el trabajo por el cual su marido estuvo en la cárcel lo subvencionaba el bando vencedor.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con una cierta tendencia que consiste en llamar objetividad a repartir a partes iguales las bondades y las maldades.Hay cosas que se sabe cómo fueron, sobretodo quien las sufrió en su carne. No creo que dentro de unos siglos le vayan a explicar a esta señora lo que le pasó a su marido (ni falta que le hará).

Anónimo dijo...

Yo hablo de Historia, señor; no de Justicia.

Anónimo dijo...

La viuda del periodista habla de la justicia que merecen quienes hicieron la historia coherentes con su ideario.

Anónimo dijo...

¡Ah, bueno¡ Si reclama Justicia, entonces puede hacerlo ahora, pero hacer Historia es otra cosa. Una vez que la haya obtenido, también quedará en la Historia.

Anónimo dijo...

Del mismo modo que conociste a Eduardo de Guzmán, no conocerías también a Mauro Bajatierra, verdad? Si fuera así te agradecería muchísimo que te pusieras en contacto conmigo. Soy familiar suyo y me gustaría mucho que habláramos. Mi mail es lbajatierra@yahoo.es y mi nombre Lorena.

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