jueves, 15 de febrero de 2007

La expectativa en un hígado, llena de corazón

Celestina Tenerías

Lo sugiere el anónimo cronista de Argenpress y es el único dato de opinión que aparece en su breve nota, publicada ayer. Éste es uno de esos asuntos -dice- que podrían servir al Mercosur para tener más objetivos humanos que facturar transacciones comerciales. El caso es como sigue: José Gregorio Nazaret es un bebé de 13 meses residente en Argentina que necesita un trasplante hepático para seguir viviendo. De lo contrario no sobrevivirá más de un año. Padece atrassia biliar, una rara enfermedad que impide el drenaje natural de esa sustancia tóxica. Se trata de un venezolanito de pelo rulos y risa inevitable, aduce el cronista. La medicina argentina está a la cabeza en trasplantes de hígado, por eso el pequeño José Gregorio se encuentra allí a la espera de la donación, pese al precio prohibitivo de 67.000 dólares requerido para una operación tan compleja. La visita del presidente Hugo Chávez a Buenos Aires el pasado mes de diciembre hizo posible el desembolso de esos gastos a cargo de PDVSA (Petróleos de Venezuela, S. A.). Nazaret, que lleva nombre de fausto nacimiento y provechosa vida, reside con sus padres y abuela en un cómodo apartamento del barrio bonaerense de Almagro. Espera el otoño porteño con el anhelo de quien espera una primavera, concluye el anónimo cronista. Las expectativas en ese hígado están llenas del corazón que debe animar la voz de convivencia, solidaridad y progreso latinoamericanos. No faltarán quienes digan que ése es un corazón populista. Que lo sea mientras dé crónicas como la que ocupa Nazaret, plena de vida y esperanza, como su nombre.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí el único gesto meritorio ha sido conseguir que un empresario jurídico venezolano se haga cargo del pago de la cantidad. Si hubiera salido del propio bolsillo del Presidente entonces sería otra cosa, porque escrito está: "No ofreceré yo sacrificios que no me cuesten nada"

Anónimo dijo...

Los gestos meritorios son los de los donantes, desde los de sangre hasta los de órganos, en vida o después de ésta. Es una pena que los gestos generosos de personas anónimas no se puedan aprovechar a veces por el coste de las operaciones.

Anónimo dijo...

Iba a escribir algo, pero el comentario anterior hace intrascendente el mío.

Anónimo dijo...

Pues como no se lo sugiriera el presi, mucho me temo que el empresario jurídico hubiera pasado del asunto. Y no soy chavista, eh.

Anónimo dijo...

Oiga, ¿y estas noticias por qué no salen en los periódicos que publican las otras?

Anónimo dijo...

Mi hija ha sido trasplantada por el mismo equipo que espera trasplantar con exito a Jose, esta en excelentes manos, solo esperemos de nuestra solidaridad...

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