Lazarillo
España es un peculiar país donde un señor obispo puede convocar una manifestación por la paz y contra el terrorismo, no la católica iglesia, ni siquiera la Conferencia Episcopal que preside, porque hasta esa iglesia difiere en posicionamientos respecto a cómo poner fin a la violencia en el País Vasco. Entre monseñor Blázquez, que lo es de la diócesis de Bilbao y allí ha convocado hoy a las masas, y el primado Cañizares, que lo es de España, median esas diferencias, distinguibles por sus respectivas declaraciones. Al cardenal Cañizares o a monseñor Rouco, al frente de la diócesis madrileña, les hubiera correspondido haber estado hoy, según palabra y obra, en la manifestación convocada contra ETA y la negociación por el Foro de Ermua en Madrid, de la mano de don Mariano Rajoy, con quien compartieron pancarta en otras ocasiones durante la actual legislatura. Pero esta vez la airada oposición lo que pretendía sobre todo era sumar muchedumbres con el competitivo fin de dejar en menos a los 171.000 ciudadanos que acudieron a la primera manifestación de hace varias semanas, repudiada por el señor Rajoy, el Partido Popular y asociaciones y foros afines. En aquélla sí estuvieron los familiares de las dos últimas víctimas de ETA, por las que entonces se salió a la calle y por las que se ha vuelto a salir hoy, sólo que sin su testimonio en la cabecera de la marcha. Nadie de su familia representaba a los dos jóvenes inmigrantes ecuatorianos asesinados, Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio. Ésa es la ausencia que más debería dolerle al Partido Popular.
Breviario
NI DIVISIONES NI COMPARACIONES
Contabilizados los datos que dan la Delegación del Gobierno y la Comunidad de Madrid sobre el número de asistentes a la manifestación de la capital del Estado, habrá quien haga comparaciones entre la de hoy y la de hace tres semanas para dar vencedores y vencidos. El caso es que la victoria no sea de ETA, capaz de dividir y matar. Hace siete años, tras el fracaso de la anterior tregua con don José María Aznar como Presidente, la banda mató a 23 personas en el año 2000. Y eso que entonces Gobierno y oposición marchaban unidos contra ETA.
L.
6 comentarios:
La diferencia son 10000 porque en España hay dos Españas muy igulamente repartidas. Es de pena que haya unos asesinos que pretenden enfrentarlas y la que hoy ha salidio a la calle esté más con ellos que con el gobierno democrático. Ni un solo grito contra ETA. Todos los gritos contra el gobierno y contra su presidente. No hace falta saber más para saber con quién no se puede estar.
Pues sí. La manifestación de hace tres semanas era a favor del Gobierno y la de ayer en contra del Gobierno. A mi me parece muy bien tanto la una como la otra, pero a la "otra" asistieron más de un millón de personas. La vista área de la manifestación lo demuestra con toda claridad. Sáquense las conclusiones que se estimen oportunas y reconózcase que a la ciudadanía le repugna toda negociacion con la banda terrorista ETA. Desde luego, no estaré yo con un Presidente del Gobierno de España que desoye ña opinión de la mayoría. Por cierto: si el señor Zapatero hubiera asistido a la manifestación, hubiera dado el primer paso para lograr esa "unidad" que proclama en el Parlamento.
A la ciudadanía lo que le repugna es hacer política con los muertos, porque España está hartita de esa historia. El presidente del gobierno está ahí por decisión libre y soberana de la ciudadanía y hasta que la ciudadanía quiera.
Sí claro. No obstante, lo que no quiere la ciudadanía es que se negocie con ETA. Muchos socialistas pertenecientes al foro de Ermua parecen estar de acuerdo en eso y no creo que pretendan instrumentalizar ningún tipo de muerte. Reclaman, eso sí, justicia y librtad, como hizo Celestina cuando Pármeno y Sempronio iban a asesinarla. "¡Justicia, justicia, que me asesinan en mi casa¡". Como es bien sabido, ella también intentó "negociar", pero al final llamó a la Justicia. Quiás sea necesario recomendar al Señor Presidente del Gobierno español que lea, entre otras obras de nuestra inmortal Litetarura,la muy conocida de Fernando de Rojas
Más pueden pesar lo muertos por falta de palabras que las palabras si acaban con los muertos. Y la palabra es que ETA se disuelva para que la palabra vuelva, ni más ni menos. Y déjese Liberto de literaturas, hombre.
Bueno, pues mire usted: en eso estamos todos de acuerdo. Lo que pasa es que algunos creemos que mientras no se disuelva, no se debe hablar con ellos. Otros, en cambio, creen que hablando con ellos se disolverán. Ocurre, sin embargo, que mientras se habla con ellos, ellos matan; así que como el peso de los muertos se incrementa, "pesa" más a favor de la primera de las soluciones, que de la segunda. Si en vez de Literatura preferimos la Lógica, ahí está un razonamiento lógico.
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