Más de 150 muertos sin portada

Melibea

Créanme si les digo que por muchos años que haya dedicado al estudio y lectura de la Ciencia de la Información, consciente de sus arbitrariedades y dependencias, hay días en que los periódicos logran sorprenderme por su falta de criterio en la valoración de las noticias. Me refiero en este caso a los diarios nacionales de mayor difusión correspondientes al día de la fecha. Todos resaltan en sus primeras la masiva manifestación de ayer en Madrid, convocada por el Foro de Ermua contra ETA y contra la negociación con los terroristas, tratada con mayor o menor énfasis editorializante en los titulares según ideas y creencias. Todos, también, eluden dar constancia en sus portadas de uno de los mayores atentados que han tenido lugar en Irak durante estos tres años largos de ocupación anglo-norteamericana. Ayer, la explosión de un camión/bomba en un mercado chií de Bagdad ocasionó al menos 135 muertos y más de 300 heridos, que con la veintena de fallecidos por causas similares en otras ciudades del país suman más de 150 víctimas mortales en una sola jornada. Ante tan manifiesto silencio en las primeras páginas de nuestros periódicos, cabe preguntarse si es fruto de la rutina de barbarie procedente de una nación arrasada por el terrorismo de unos y otros -mil muertos en menos de una semana- o si la ofuscación proviene del exceso de dependencia de la noticia nacional del día, a la que acaso se le han dado más columnas de las que debería ocupar cuando otro hecho noticioso internacional, del carácter y gravedad de aludido, debería también ser motivo de señalado titular en la primera plana.

Breviario

MENOS COLUMNAS QUE EL VODEVIL BERLUSCONI
Es más, el diario El País dedica hoy más espacio en el interior al celoso roce de la esposa de Berlusconi con Il Cavaliere (la página 14 a cinco columnas), que al atentado de Bagdad (cuatro columnas en la página 6). Ante semejante tratamiento informativo no cabe pensar en impericia profesional, sino en otras influencias de manipulación masiva que nos hacen creer en los Medios no como conformadores de conciencia, sino de inconsciencia.
M.