Celestina Tenerías
La razón de esta noticia está ubicada a casi dos horas de Santiago de Chile, en la ciudad costera de San Antonio, y me llega fechada en el día de hoy a través de correo electrónico. El titular que encabeza este post enuncia por sí solo la solidaria dimensión de la llamada. Creo entender por el email que el comunicado lo registra el Boletín Miguel Enríquez y se basa en una noticia difundida por Radio Bemba ayer mismo. Acerca de la cálida humanidad del contenido sobra todo comentario:
Ximena Castillo quiere encontrar a Ernesto Lejderman, cuyos padres murieron en manos de agentes del Estado tras el golpe militar de 1973. El 11 de diciembre pasado Ximena Castillo Ugalde, una vecina de la población El Faro del Cerro Alegre vivió una de las experiencias más impactantes de sus 54 años de vida. En la televisión mostraban la celebración que realizaban los detractores del general (r) Augusto Pinochet en el Memorial de los Detenidos Desaparecidos en el Cementerio General. De pronto, apareció en la pantalla un hombre treintón y abajo un subtítulo con el nombre de Ernesto Lejderman. Ximena Castillo no lo podía creer. La imagen y el apellido se le vinieron inmediatamente a la mente. Ese hombre había estado en sus brazos hace más de 34 años, cuando apenas estaba dando sus primeros pasos. Ernesto era el único hijo del argentino Bernardo Lejderman y la mexicana Rosario, un matrimonio de izquierda que a principios de los 70 se estableció en Chile. "A Bernardo lo conocí en febrero de 1970 en Combarbalá, Tercera Región, durante unas vacaciones. El era profesor de inglés y artesano, y en ese tiempo andaba haciendo una gira por Sudamérica. Nos hicimos grandes amigos y a los pocos meses nos volvimos a juntar en Santiago, donde yo vivía", recordó Ximena notoriamente emocionada. En pleno gobierno de la Unidad Popular, Rosario, cuyo apellido no recuerda, dio a luz a Ernesto. El matrimonio y su hijo empezaron a frecuentar seguidamente la casa de los padres de Ximena, en Recoleta, iniciando así una estrecha relación que se quebró abruptamente tras el golpe militar de 1973. "Siempre supimos que tenían una ideología de izquierda. De hecho, Bernardo pertenecía a un movimiento que se llamaba Vanguardia Organizada del Pueblo. Tras el golpe perdimos todo contactos con ellos. Recién a fines de los '80 nos enteramos que Bernardo y Rosario habían sido asesinados por agentes del Estado y que sus osamentas habían sido encontradas en unas cuevas al interior de La Serena", rememoró la dueña de casa sanantonina. Agregó que "en ese tiempo pensamos que el niño (Ernesto) también había muerto, por eso nos impactó tanto verlo por televisión". Ximena Castillo no tiene cómo contactarse con el hijo de sus amigos. Por eso recurrió a El Líder para ver si alguien la puede ayudar a cumplir su gran anhelo. "Me gustaría contarle todas las experiencias que viví con sus padres, porque a lo mejor él no tiene recuerdos de ellos. Su madre era bajita, simpática y le encantaba comer pastel de chocolate cuando estaba embarazada. También me gustaría entregarle una artesanía que hizo su padre y que aún conservo en mi casa". Ximena confesó que estaría eternamente agradecida si alguien puede contactarla con Ernesto. Su teléfono es el 581516.
1 comentario:
Y mientras, la familia del tirano se forra de millones. Justicia en la tierra y paz a los hombres de buena voluntad, no a los asesinos.
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