El terrorismo y la política sucia

Félix Población

No aprendemos. Acabamos de enterarnos de esos cinco trágicos minutos de terrible agonía del ciudadano ecuatoriano asesinado por ETA. Hemos visto por televisión a su madre ciega llorarlo en su país natal en un entorno de pobreza de adobe, antigua y descalza. El segundo cadáver de un compatriota suyo acaba de ser descubierto entre los amasijos de la barbarie. Deberíamos rabiar de asco si nos lo permitiera la tristeza y la decepción por un proceso roto hacia la convivencia y la concordia.

Pero en lugar de propiciar unas circunstancias reflexivas favorables para la acción política conjunta y constructiva, que nos aparten de la maldita crispación estimulada por archisabidos medios ligados a la católica iglesia y al aznarato genovés, se sigue abusando de la inquina, el resentimiento y la falacia como mecanismos para el ejercicio de la más sucia política de oposición que ha tenido España a lo largo del actual periodo democrático.

No se puede consentir que tras un atentado de las características del sufrido el pasado día 30 en el aeropuerto de Barajas, la Asociación de Víctimas del Terrorismo que preside el señor Alcaraz atribuya tal barbaridad, gracias a la delirante e impune capacidad de superación en la trapacería de este caballero, a una idea conjunta de ETA y el Gobierno. Quien es considerado como comisario político del Partido Popular en la citada asociación no parece dispuesto a reconducir su miserable demagogia, de la que viene abusando hasta ahora, acaso porque desde el PP nadie le ha dado todavía nuevas consignas que se adapten a la variante que ha supuesto la ruptura del proceso de paz. ¿Va a seguir la airada oposición a tono con el señor Alcaraz o ya es hora de que el Partido Popular, si de verdad quiere colaborar con el Gobierno en esta nueva coyuntura antiterrorista, modere la conducta incivil de la AVT?

Pero si la AVT gasta más energía y recursos en esa sucia política que en las víctimas, tal como sostiene la asociación de víctimas de Cataluña (ACVOT), ¿qué decir de esa católica iglesia amotinada que no deja de hacer lo propio desde muy nombradas tribunas informativas de masiva difusión? Lean lo que ayer expresaba un tal Gonzalo de Berceo, seudónimo bajo el que acaso se oculte algún reconocido preboste eclesiástico, publicado en el suplemento religioso del diario ABC Alfa y Omega. El aludido columnista acomete al Gobierno democrático de España porque no sólo no controla lo que Berceo considera un vergonzoso proceso de descomposición política y de abyección moral, sino que insensatamente sigue queriendo encadenarse al macabro juego de unos delincuentes que le marcan las reglas y hasta el calendario.

¿Cómo es posible que en los días subsiguientes al atentado de Barajas, recién hallados los cadáveres de las víctimas, la católica iglesia de Rouco y Cañizares se permita exponer argumentos de tan ruin calibre? ¿Prefiere también esa iglesia reaccionaria, como la AVT y la airada oposición a lo largo de esta legislatura, el ataque a toda costa al Gobierno antes que el acabamiento del terrorismo etarra?

Si el Gobierno está obligado a partir de ahora a cambiar su estrategia antiterrorista, mal podrá hacerlo si el Partido Popular no cambia también la que ha sido su cerril línea de oposición en este fundamental asunto de Estado. No parece que así vaya a ser a juzgar por la que sigue siendo cerril y montaraz actitud de sus medios, asociación e iglesia afines.