sábado, 13 de enero de 2007

La sargento desnuda de Playboy

Lazarillo

La jornada de hoy no debería prestarse a la frivolidad de la imagen que traigo a flor de letra, pero este Lazarillo está hasta el gorro de la ceremonia de la confusión en que ha pretendido ETA sumir a nuestra clase política con su última tropelía. Por eso me van a permitir que me sirva este sábado, señalado por la masiva cita pública en las calles de Madrid y Bilbao, de la díscola sargento Michelle Manhart, a quien sus superiores en la base aérea norteamericana de Lackland han relevado de sus tareas militares por posar desnuda y armada en la sicalíptica revista Playboy. Según sus jefes y oficiales, y en el lenguaje propio de quienes suelen pecar de palabra por lo mal que la tratan, la presunta acción adoptada por esta sargento no cumple con los estrictos lineamientos de conducta que esperamos de nuestros pilotos, tampoco cumple con los valores fundamentales de la Fuerza Aérea de integridad, servicio desinteresado y excelencia en todo lo que hacemos. Qué quieren que les diga, a mí doña Michelle, 30 años, madre de familia, bien dotada de gracias, talle y donaire, me resulta mucho más íntegra y excelente, aunque su pose probablemente no haya sido nada desinteresada en la edición estadounidense de la citada publicación, que aquella otra militar torturadora de la cárcel de Abu Ghraib que humillaba y ofendía a los presos iraquíes atados a su mano con un collar para cánidos. Es más, sería muy reconfortante para bien de la Humanidad que, ante acciones armadas como la de Irak, resumida en un permanente suma y sigue de miles y miles de cadáveres y cotidiana desdicha, la milicia norteamericana, para mayor excelencia de sus méritos, destinara preferiblemente los atributos de su cuerpo al desnudo que a la muerte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí señor.

Anónimo dijo...

Pues a mí me encanta leerte en plan sicalíptico, Lazarillo, déjate de politiqueos y celebra más a eros que a zánatos.

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