Honores a Pinochet: el ayer y el mañana de Chile

Félix Población

Hacía mucho que no leía tanto calificativo periodístico de grueso calibre contra el general Augusto Pinochet, pese a que su larga vida y no corta dictadura se lo hayan ganado con creces en todos estos años. Se tiene la sensación, no obstante, al observar tanta coincidencia en los artículos editoriales, que ese póstumo furor calificativo de los medios viene a reparar una cierta frustración por la escapatoria de la justicia que el dictador logró al fin con su muerte. También, aunque ésta puede ser una presunción especulativa, que con el fallecimiento de Pinochet es de celebrar la conclusión definitiva en Chile de un capítulo pendiente de resolución y que en su día fue pactado entre la dictadura en extinción y una democracia permitida por el propio general golpista.

Se podría pensar que la muerte del dictador, además de dar por concluso el período más negro de la historia chilena del que fue máximo responsable, puede favorecer la consolidación y el avance del régimen democrático actual al liberarlo de un protagonista cuya sombra militar no dejó de proyectarse hasta 1998. Pero todo parece indicar que esa sombra se va a prolongar de modo póstumo:

Con motivo del deceso del General (r) Augusto Pinochet Ugarte, registrado a las 14:16 horas de hoy, el Gobierno comunica que conforme a la institucionalidad vigente, se ha determinado que el fallecido general reciba en sus exequias los honores que corresponden a un ex Comandante en Jefe del Ejército, según lo establecido en el Reglamento del Servicio de Guarnición del Ejército.

Éste es el primer párrafo de la nota oficial hecha pública ayer por la Presidencia de la República. Según la misma, el dictador será homenajeado en un régimen democrático por aquella institución que debería ser la garante del orden constitucional vigente. Según la misma, la bandera de la nación ondeará a media asta sólo en aquellos edificios dependientes del Ejército.

¿Qué garantías democráticas se pueden esperar de unas Fuerzas Armadas que rinden honores a un dictador perjuro y felón sobre quien pesan además delitos de malversación, enriquecimiento ilícito, secuestro, torturas, asesinatos y desaparición de víctimas? ¿Cómo se puede permitir a un Ejército inserto en un régimen democrático, cuya presidenta sufrió las consecuencias de la dictadura militar, que haga ondear en señal de duelo la bandera que representa a toda una nación a la que el homenajeado sumió en una pesadilla despótica de espanto?

Me gustaría creer que esos honores militares y esa bandera dividida entre los que la hacen flamear con júbilo y los que la lucen en señal de pesar, no miran más al ayer en sombra que al mañana en paz, libertad, justicia social y convivencia de Chile. Pero esa simbología, por protocolaria que sea, me lo impide.

RedDiario

Encuesta
LA OPINION DE LOS CHILENOS SOBRE LOS FUNERALES DEBIDOS
De acuerdo con la muestra, al enfrentarse al escenario del deceso del general (R), un 51% está de acuerdo con que se le rindan honores como ex comandante en jefe. Ante la pregunta sobre si se debe decretar duelo oficial, decisión que es prerrogativa de Michelle Bachelet, siete de cada 10 chilenos no están de acuerdo con que se tome esta decisión.
La Tercera.

Artículo
NO
Ahora le corresponde a las Fuerzas Armadas decir de que lado están. Están a favor de la felonía y la traición, de la cobardía moral y del robo sistemático de los bienes del Estado, o están a favor de defender los intereses del pueblo de Chile. Retrátense, señores militares. Salgan en la foto. ¿Siguen en guerra contra el pueblo de Chile o quieren reconciliarse con sus víctimas? A ustedes les toca mover.
Máximo Kinast.

Noticia
ISABEL ALLENDE: CON JUSTICIA LAS HERIDAS CIERRAN MEJOR
La hija del presidente afirmó que Chile tiene "una gran herida abierta", que "tardará mucho en curar". Sin embargo, lamentó que la Justicia no haya dictado sentencia en vida del dictador, porque "con Justicia las heridas cierran mejor".
20minutos.

Breviario
CHILE EN EL CORAZON DE ESPAÑA



Los centenares de congregados ayer noche en la Puerta del Sol de Madrid eran los chilenos del exilio que propició el tirano. Se llamaron entre sí para sentirse juntos en el abrazo del júbilo y notarse así más cerca del sentir mayoritario de su patria. Lean la palabra más justa que se merece el muerto y sientan con la imagen la celebración del gozo que ayer quedó inscrita en el aire de la plaza donde se dice que respira el corazón de España. España en el corazón, escribió don Pablo Neruda. Ayer los chilenos de la diáspora nos hicieron sentir a Chile en el nuestro, más vivo que nunca, de corazón a corazón.
F.P.

Blog
DEMASIADO DOLOR ACUMULADO
En Chile hay demasiado dolor acumulado y Pinochet jamás pidió perdón a sus miles de víctimas.
Hernán Narbona Véliz.

Carta
SOBRE EL HONOR MILITAR: HABLA EL HIJO DE UN MARINO CONSTITUCIONALISTA
Los chilenos deben saber que desde la armada se preparo el golpe de estado, pero que desde las diversas unidades de mar y tierra, hubieron jóvenes cuyo promedio de edad no superaba los 23 años, que intentaron abortar el golpe, pero que fueron detenidos y salvajemente torturados en agosto de 1973. El día del golpe militar, impotentes vieron que lo que ellos habían previsto, lamentablemente se había cumplido.
Roberto Cifuentes, PiensaChile.

Noticia
AZNAR Y BLAIR IMPIDIERON EL PROCESAMIENTO DE PINOCHET
El fiscal del Tribunal Supremo español Carlos Castresana dijo hoy que el ex jefe del Gobierno español José María Aznar, junto a otros, impidió el procesamiento en España del ex dictador Augusto Pinochet, fallecido el domingo.
20minutos.

Artículo (12-12-06)
LA SOMBRA PERECEDERA DE AUGUSTO PINOCHET
¿Ha muerto de veras el General? ¿Dejará alguna vez de contaminar cada espejo esquizofrénico de la vida nacional? ¿Dejaremos de ser alguna vez un país dividido? ¿Acaso tendrá razón aquella madre futura, encinta de siete meses, que saltaba de alegría en el centro de Santiago cuando proclamó a los cuatro vientos que ahora todo iba a ser diferente, porque su hijo iba a nacer en un Chile sin Pinochet?
La batalla por el alma de mi país recién comienza.
Ariel Dorfaman, Página/12.