viernes, 6 de octubre de 2006

Kirchner y la plaza jurásica

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Melibea

El otro día, otro presidente iberoamericano, Néstor Kirchner, volvió a mentar al diablo (antes los había hecho Chávez en referencia a Bush durante su discurso ante la Asamblea de la ONU). El señor Kirchner no señaló a nadie, pero advirtió a la institución que más lo mienta: Nuestro Dios es de todos, pero cuidado, el diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotanas. Reclamaba con ello don Néstor a las altas jerarquías de la católica iglesia una mea culpa por su actuación durante las dictaduras en el cono sur, antes al menos de que transcurran algunos siglos (según previsible modelo hispánico). Ayer, en pleno estado de inquietud del país por la ya muy larga desaparición de Jorge Luis López, Página 12 abría así su Nota de Tapa: Unas 2500 personas, en buena parte militares retirados y sus familiares, se concentraron en Plaza San Martín para condenar el desarrollo de los juicios contra los represores dictatoriales. Leyeron un viejo texto de Bergoglio y criticaron al Gobierno “por fomentar el odio y la venganza”. El titular editorializaba esa información, Plaza jurásica, que quedaba subrayado con más énfasis en los de las páginas interiores: Nutrido reclamo de los dinosaurios en la Plaza San Martin: Para que vuelva la impunidad.¿No es el prolongado silencio de la cúpula eclesíastica vaticana un continuado paso atrás que la afinca en el extraviado tránsito por esa Plaza Jurásica?

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