jueves, 12 de octubre de 2006

El Día de la Raza

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Félix Población

A todos los niños de la dictadura franquista se nos enseñó, además de que don Francisco era Caudillo de España por la gracia de Dios, que nuestros conquistadores en América hicieron una gran labor evangelizadora. No cuadraba muy bien esa empresa bajo el símbolo de la cruz y la espada, sobre todo porque entre nuestros mayores había quienes tenían muy viva en la memoria la sangría represora de ese contradictorio consorcio: la que ellos vivieron y penaron a través de una guerra civil y una posguerra en las que el dictador entraba bajo palio en las iglesias y los respetables monseñores alzaban el brazo al paso del Generalísmo.

Tuvieron que pasar muchos años para saber que Colón no llevó un solo sacerdote en su primer viaje y que al poco de transitar por aquellas tierras recién avistadas por el occidente cristiano, los mercenarios que componían las expediciones se ensañaron en una primera lucha fratricida, embebidos en su sed de codicia ante la perplejidad de los aborígenes. Franco dio a esa conquista un epígrafe muy significativo de su concepción del mundo. El Día de la Raza era la fecha marcada en los calendarios para conmemorar el señalamiento de una gesta en la que, más que ríos de sangre, parecía que el viejo imperio español se había limitado a derramar cascadas de agua bendita sobre la cabezas de los desgraciados idólatras que poblaban aquellas intrincadas selvas.

Hoy no me ha extrañado nada, con esos precedentes todavía en latencia minoritaria, leer en los periódicos que grupúsculos de cabezas y cerebros rapados, esas minorías afincadas en el resentimiento y la animosidad contra la convivencia en paz y democracia, se han servido de la vieja onomástica franquista para concertar sus convocatorias en diversos lugares de España.

El credo redivivo de estas catervas baldías de intransigentes violentos no es otro que aquél que pregona la supremacía de una raza frente a otras, el estigma de la xenofobia y el racismo frente a quienes, procedentes en muchos casos de aquella misma América, la más pobre y desesperada por siglos de explotación y miseria, buscan en España la expectativa de una vida mejor, un trabajo digno y una convivencia provechosa.

Sobre el porvenir de quienes llegan a compartir con nosotros el progreso de nuestro país, contribuyendo con su labor a la empresa común según prescriben los derechos y deberes ciudadanos, ha de preocuparnos a todos que pandas de jovenzuelos cruzgamados vuelvan a propalar códigos ideológicos propios de los viejos derechos de conquista.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Así, a primera idea... ¿Conoces de algún proceso de conquista en el cual no se hubieran hecho excesos ni se derramara sangre?
Debio ser que los romanos, al entrar en Iberia lo hicieron con ramilletes de flores y para nada tocaron las minas de oro y plata que teniamos por aki. Seguro que los visigodos vinieron tocando canciones y dando abrazos al pueblo de Hispania y Lusitania...
Los árabes? esos no derramaron ni una gotika de sangre durante la conquista de Al-Andalus y por supuesto los reinos cristianos del norte tampoko lo hicieron durante la reconquista... Creo que los franceses alla por inicios del siglo XIX intentaron hacerse con el control de España bajo la excusa de invadir Portugal. Esto lo hicieron fumando canutos con los paisanos, de buen rollito.
Ninguno de los que aqui estubo robo las riquezas de la península y ninguno violó o se mezclo kon los antiguos Íberos y Celtas...
En España tenemos Fiestas en las que representamos las luchas ente los moros y los cristianos, Las invasiones germánicas del siglo V, Los desfiles de legionarios romanos con sus estandartes y todo y hasta representaciones de las batallas sucedidas durante la guerra de la independencia.
La diferencia entre nosotros y los latinoamericanos es que nosotros sabemos que somos un pueblo mestizo y no renegamos de nuestra historia ni de nuestra identidad.
Ellos aun no saben ni quienes son y la culpa de todo la tiene... España por supuestísimo.

Anónimo dijo...

por supuesto que los latinoamericanos sabemos que somos un pueblo mestizo, creo que te confundes, que uds exalten hechos históricos como los que detallaste no significa que se deba exaltar en todo el mundo las conquistas o las guerras, menos que nosotros debamos celebrar el día de la raza sólo porque fue algo que sucedio.. la conquista fue un hecho, como también es cierto que una parte importante de mi país por ejemplo, Chile, tenga una ascendencia Española.. eso no implica en que debamos celebrar a nuestros antepasados porque gracias a ellos y la masacre que realizaron a los pueblos nativos del continente estemos vivos.. tampoco se trata de enaltecer al indigena.. todo implica el reconocimieto de hechos tal como fueron, America no nacio con los Españoles, solo cambio abruptamente, la hicieron cambiar con violencia y crueldad..
Natalia

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