Lazarillo
El otro día, con motivo de un acto público del Partido Popular en una localidad catalana, un grupo de jóvenes independentistas pretendió agredir a los señores Acebes y Piqué a su llegada a la convocatoria. La noticia obtuvo su relevancia en las portadas de casi todos los medios electrónicos y gracias a la fotografía correspondiente pudimos advertir la similitud que guardan los rostros enrabietados por la violencia, sea cual sea la bandera que como uso exclusivista de su exaltación patriotera utilicen los maleantes que la empuñan a golpes contra el adversario político.
Como réplica a tan indigno proceder, esos mismos diarios digitales nos ofrecen hoy la subsiguiente contraofensiva por parte de quienes no tienen más argumentos que el de andar a golpes con la bandera española, preferentemente excluida de su escudo constitucional, para enfrentarse a los que hacen lo propio con su senyera. El resultado, si no se le presta seguimiento preventivo a esta pugna entre fascistas de una y otra enseña, puede ser una campaña electoral en Cataluña impropia del grado de europeidad y sentido de la medida que caracteriza a la ciudadanía de ese querido país.
Sería recomendable, en evitación de que este género de incidencias alcance una noticiosidad desproporcionada con los grupúsculos minoritarios que lo protagonizan, que los medios electrónicos sobre todo, esa pródiga nómina de diarios confidenciales afanados en los titulares agresivos, reconsideraran profesionalmente su línea editorial.
Va resultando hasta cierto punto cansino advertir en ese nuevo periodismo, del que Periodista Digital podría ser un modelo adelantado a seguir por otras cabeceras sin distinción de ideología, que en sus portadas manden los nombres o los hechos con reclamo pendenciero, ya sean las soflamas de la COPE, los despendoles de la conspiranoia 11-M, las más nimios percepciones separatistas en Euskadi y Cataluña o las alocuciones de cruzada del señor Aznar por el universo mundo.
Esa obligatoriedad que parece mover a los digitales para sorprender al respetable con titulares donde se insinúa una España enfrentada, podría llegar a influir en una sociedad que de momento está muy lejos de sentirse tentada por tan traumática recordación. No la hagamos creíble con el reflejo de una realidad que sólo compete de momento a grupúsculos alojados en el fanatismo patriotero.
Breviario
ABUCHEOS A ZP
Como ciudadano de España, y al margen de ideologías o adscripción territorial, considero un indicio deplorable, producto de ese caldo de cultivo incivil por el enfrentamiento que ventilan algunos medios y favorecen episodios como los glosados, el perceptible abucheo sufrido ayer por el Presidente del Gobierno durante el desfile de la Fiesta Nacional. Esa falta de respeto a quien ocupa la jefatura de Gobierno de la nación no debe contribuir a nuestra perdida de respeto mutuo, por más que lo pretendan quienes con esa actitud se faltan al respeto a sí mismos.
Lazarillo, DdA.
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