Madrid silencia su éxito forestal para evitar lo de Galicia

Félix Población

El lector recordará que la barrabasada incendiaria de los bosques gallegos comenzó el mismo día en que la señora ministra de Fomento se refirió al buen verano de que gozaba España en materia de quemas forestales. Hasta esa fecha, y tras más de un mes de seca canícula, era ciertamente prometedor el panorama, máxime si se comparaba con el desastroso balance del año anterior, con el vasto incendio en la provincia de Guadalajara como peor ejemplo y en cuyas tareas de extinción perdieron la vida once operarios de una brigada.

Pues bien, pese a que pocos comentaristas se han referido hasta ahora a esa más que curiosa coincidencia, el gobierno de la Comunidad de Madrid la ha tenido muy en cuenta a la hora de evaluar el bonancible verano registrado en la superficie arbolada de su ámbito geográfico. Si se considera además que la región ha padecido en el pasado no pocos incendios y que las apetencias inmobiliarias prendieron más de una vez la mecha, a la señora Esperanza Aguirre le cabría la debilidad de presumir del éxito de su política forestal durante el vigente estío.

Sin embargo, por más que los informadores traten de sonsacar a la administración autónoma datos o comentarios sobre la escasez de siniestros en la región madrileña, no encontrarán en las autoridades competentes el más mínimo desliz que tienda a expresar un solo síntoma de satisfacción por la meritoria temporada.

Cuenta algún diario confidencial esta mañana que doña Esperanza se ha mostrado de lo más taxativa en regodeos exitosos: nada de alardes a lo doña Magdalena Álvarez antes de que concluya la estación canicular. Tiempo habrá para celebraciones si la región sale tan airosamente como hasta ahora de un verano en que tanto ardió Galicia después de que la señora ministra se precipitara en cantar victoria.

Cabría preguntarse si tiene algún fundamento esa prevención del señor presidente de la comunidad madrileña a evitar el yerro de doña Magadalena, porque zanjarlo así porque sí más parece superstición que razón.

RedDiario Actualizado

Artículo a las 13 horas: CADA VERANO LO MISMO
Cada verano lo mismo. Cada verano, por desgracia, ocurre algún hecho significativo que lleva a las portadas la realidad de los incendios forestales en España. El año pasado fue Guadalajara, este año Galicia. Da lo mismo lo que pase. Todo el mundo, y especialmente periodistas, contertulios, y políticos en la oposición, se rasgan las vestiduras sobre las cifras y los hechos. Pero da lo mismo lo que pase. Llegará octubre, como muy tarde el 1 de noviembre, las portadas serán otras y volveremos la inmensa mayoría de los profesionales de extinción de nuevo al paro. Peones, encargados, conductores, pilotos y técnicos de una administración o de otra, contratados directamente o a través de empresas públicas o privadas.
Algunos repetirán campaña el año que viene. Otros, los que tengan más suerte, encontrarán un trabajo más estable. Quizá no les apasione tanto como el monte, pero al menos permitirá estabilizar algo la vida. Y otros con menos experiencia vendrán el año que viene a cubrir esos puestos y cuando la hayan reunido -la experiencia- encontrarán con suerte un empleo que aunque no les guste tanto les permita vivir todo el año. Y el verano siguiente los incendios forestales volverán a la portada. Y periodistas, contertulios y políticos volverán durante unos días a rasgarse las vestiduras.¿Cuándo aprenderemos de verdad? ¿Cuándo apostarán las administraciones por una verdadera profesionalización y un trabajo de investigación, sensibilización, prevención y extinción todo el año?
María José Fernández-Caballero, Ingeniera Técnica Forestal, Carta al Director del Diario El País.