miércoles, 23 de agosto de 2006

Irak, Líbano, ¿Irán? y la marea negra de barbarie impune

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Félix Población

Tal parece, una vez decretado el alto el fuego -sin que eso comporte que el ejército judío pueda reprimir su instinto de represalia en alguna que otra refriega-, que ese largo mes de acciones armadas contra la población civil libanesa quede flotando en la historia de la impunidad como suele ocurrir en la teórica ejecutoria de defensa -en la práctica guerra de conquista- de las tropas israelíes desde 1967.

El mundo asiste al término de la espeluznante y descomedida agresión del Estado judío contra un país fronterizo y soberano como si el fin acaso provisional de esa ignominia supusiera un lenitivo a tamaño desmán. Aplicación literal del genuino estilo anglo-norteamericano impuesto a sangre y fuego contra Irak, en inminente predisposición ahora hacia una guerra civil, se ha sabido estos días que el diseño belicista israelí contó con la anuencia de Washington, aunque no hiciera falta que nos lo demostrasen pues era de suponer.

Al balance de dos naciones destruidas, Irak y el Líbano, con millares de ciudadanos muertos y un sensible retroceso en sus respectivos niveles de vida, hay que añadir la marea negra que acaba de comprobar Greenpeace en los 150 kilómetros de costa libanesa. El desastre ecológico se debe al bombardeo israelí contra la planta energética de Jieh en los primeros días del conflicto, con un vertido aproximado de 15000 toneladas de fuel oil sobre el litoral.

Según la organización ecologista, que califica de alarmantes las primeras imágenes avistadas, es preciso hacer de inmediato una evaluación detallada del impacto ambiental para acometer cuanto antes las tareas de limpieza. De lo contrario, sería tal el grado de deterioro de lecho marino que afectaría a los ecosistemas de las costas libanesas durante muchos años.

Para que se pueda llevar a cabo esa imprescindible y urgente tarea es necesario antes que Israel levante el bloqueo naval y aéreo que pesa sobre la zona. Claro que cuanto mayor sea la dilación del Estado judío en hacerlo, y menos lo acucien las organizaciones internacionales competentes, mayores serán los efectos de la ola de muerte y destrucción que una nación ha propinado a otra sin que las democráticas instituciones internacionales pudieran evitarlo, inermes una vez más ante el poder USA.

¿Será lo experimentado en Irak y el Líbano el afrentoso antecedente para una próxima acción bélica preventiva contra el díscolo Irán, capaz de desafiar al imperio con su libre y soberana decisión de reforzar su abastecimiento energético merced al enriquecimiento del uranio? Nos lo estamos temiendo porque el camino de impunidad en la conquista está abierto y el contrapeso de la conciencia crítica de quienes lo condenamos o el de la legislación internacional que se conculca apenas estorba a esta negra marea creciente de barbarie.

RedDiario

Breviario a las 16 horas: CONMEMORACIÓN IMPROCEDENTE
Si Israel fuera un Estado con las mismas peculiaridades que otros Estados democráticos, no por ello perfectos, no creo que Correos de España prestara al vigésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas con el país en cuestión un sello conmemorativo. Si así es, se supone que el memorable recordatorio postal se debe más al pasado histórico y a la cultura compartida, a modo de reparación por una infamante expulsión de España, que al censurable presente del actual Estado judío. De ahí que el sindicato CGT haya planteado ante los Ministerios pertinentes la oportuna queja y el boicot a una estampilla que la sangrante actualidad hace totalmente improcedente.
Lazarillo, Diario del Aire.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se trata como muy bien lo dices de una ola de barbarie sin precedentes. Saludos cordiales

Anónimo dijo...

Vivimos una auténtica marejada de barbarie en una época crecientemente despoblada de valores cívicos.

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