viernes, 4 de agosto de 2006

Guernica, Hiroshima, Nagasaki, Qana, Beirut

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Lazarillo

Todos los años por estas fechas se conmemora el aniversario de la gran masacre de civiles que tuvo lugar en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Ocurrió en 1945, al término de la segunda Guerra Mundial, los días 6 y 9 de agosto. Aquellas dos bombas ingresaron en el glosario de artefactos de destrucción masiva con los nombres de Little Boy y Fat Man, Niño Pequeño y Hombre Gordo, según denominación propia de la jerga científica.

Meses antes, Estados Unidos había ensayado la capacidad mortífera de las armas convencionales sobre la capital japonesa con un masivo ataque de bombas incendiarias: 2000 toneladas. Nunca antes había perecido tan alto número de hombres, mujeres y niños en menos tiempo: más de 100000 en el corto lapso de seis horas. El récord sólo duró tres meses. Si en Tokio murió uno de cada diez habitantes, en Hiroshima perecería el 54 por ciento de la población.

Durante ese mismo conflicto armado, otras ciudades europeas sufrieron sobre su recinto urbano los efectos de intensos bombardeos, de entre las cuales se recuerda sobre todo los de Londres y Dresde. Muy pocos años antes, y sin que las potencias democráticas hicieran nada por evitarlo, la Legión Cóndor del imperialista régimen hitleriano inició en Guernica, en el transcurso de la Guerra Civil española, este tipo de acciones contra la población civil que a lo largo de estos días nuestros conjugados en presente de indicativo viene prodigando Israel sobre las ciudades libanesas.

El imperio nazi prendió la mecha hace sesenta y pico años de la más grande conflagración bélica habida en la historia de la humanidad. Hoy en día, los organismos internacionales creados en evitación de episodios tan desastrosos como los que entonces se vivieron, no parecen tener capacidad ejecutoria para impedir los reiterados atentados que se cometen contra una ciudadanía indefensa. Estados Unidos, presa de una política exterior desbocadamente imperialista, ha echado el cerrojo a la atención humanitaria que en ese sentido le corresponde al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

¿Cómo en las actuales circunstancias, mientras Israel asesina a centenares de niños libaneses e Irak se desangra cada día en múltiples atentados, puede permitirse el presidente Bush la desfachatada soflama de expresar su compromiso absoluto de apoyo a los cubanos para lograr una transición democrática?

RedDiario Actualizado

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Noticia a las 10 horas: Venezuela ordena la retirada de su embajador en Israel.

Artículo a las 10,30 horas: El curtido corresponsal Robert Fisk, de The Independent, se pregunta ¿Cómo permitimos que esto continúe?

+A a las 11 horas: La estrategia de supervivencia de Israel no puede basarse tan solo en el uso constante y feroz de la fuerza, sino en incluir un elemento de generosidad compensatorio de la injusticia original impuesta a los palestinos. La fuerza de la razón y la razón de la fuerza, por Juan Goytisolo, en El País.

Breviario a las 13 horas: Nota de Tapa de Página/12, cuyo título enuncia la posibilidad de que el conflicto del Líbano pase a una segunda fase más radical y sumamente arriesgada para la región:
EL ASCENSO A LOS EXTREMOS
Después de lanzar más de 160 misiles que provocaron ocho muertes civiles, el líder de Hezbolá aseguró que si Israel bombardea el centro de Beirut el próximo blanco será Tel Aviv. El gobierno israelí respondió que, si lo hacen, “destruirá toda la infraestructura del Líbano".

Vídeo a las 17 horas: Beirut senza pace ancora bombe: Ennesima giornata di sangue.

Informe a las 19 horas: La asociación internacional Human Rights Watch detalla los crímenes de guerra cometidos hasta ahora por Israel en el Líbano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hablan de democracia y libertad a bombazo limpio y todavía pretenden dar ejemplo.

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