jueves, 3 de agosto de 2006

Fidel Castro y la profecía del santo Claret

Image Hosted by ImageShack.us

Félix Población

Si una noticia como la operación quirúrgica de Fidel Castro hubiera despertado sin duda muchas expectativas en el transcurso del curso político oficial, su verificación en un mes como el de agosto, tan dado a la atonía informativa, la ha sobredimensionado en la valoración mediática hasta el punto que estamos comprobando, sin duda excesivo en aventuradas especulaciones.

Basta comprobar el silencio de la Casa Blanca para presumir que quienes, desde el exilio de Miami, celebran con algaradas de resentimiento la hipotética y definitiva gravedad en la salud del jefe del Estado cubano confunden sus deseos con la realidad. Si Washington no dice ni pío es porque sus servicios de inteligencia, tan duchos en la especialidad castrista, dan acaso por bien atado lo que a todas luces parece un ensayo sucesorio sin posibles fisuras.

Ayer pudimos comprobar a través de las imágenes de televisión que la ciudadanía cubana, haciendo honor a su reconocida sensatez y cultivado sentido de la existencia, mostraba una calma y perspicacia ejemplares en sus manifestaciones públicas. Pocos pueblos como ése para decidir en paz y armonía su destino si nada ni nadie, ajeno a sus intereses y propósitos, intervienen en contra.

Quienes hayan estado alguna vez en aquel querido país, tan próximo a España en los sueños y nostalgias de nuestros emigrantes, habrán comprobado, al margen de filias o fobias hacia el régimen castrista, que es un auténtico placer conversar a fondo con un cubano, no sólo por la gracia y filosofía que abonan su charla, sino por el nivel de cultura que por lo general la enriquece.

Ese poso de sabiduría garantiza que pase lo que pase en el futuro, si Cuba mantiene su independencia y soberanía libres de la férula del vecino norteamericano, tan dado últimamente a dar lecciones de democracia previa invasión a sangre y fuego, no resolverá su destino como acaso apetezcan quienes ya celebran la muerte de Castro.

Hoy una agencia de noticias ha divulgado que el Padre Claret, santo por más señas y confesor de doña Isabel II en la Corte de los Milagros valleinclanesca, vaticinó los cuarenta años de castrismo y la muerte del líder revolucionario tras un derramamiento de sangre. Darle valor profético a quien ejerció en vida tan nefasta influencia sobre la reina de España, la de los tristes destinos según Galdós, denota el grado de extravío especulativo que afecta estos días a los medios más interesados en jalear las expectativas de Miami.

Frente a la bulla mediática manipuladora que pueda levantar la actualidad conviene reconsiderar la cordura de la ciudadanía cubana. Puede que ésta eche en falta algunas prerrogativas propias de nuestro primer mundo, pero sus lecciones de dignidad, conciencia y entereza cívicas están fuera de toda duda. Y lo seguirán estando con más razón si la soberanía de la nación lo requiere frente a cualquiera contingencia que pueda ponerla en entredicho. Con esto no contaba el Padre Claret, arzobispo de la Habana en tiempos coloniales que nunca han de volver.

RedDiario Actualizado

Image Hosted by ImageShack.us

Artículo a las 10 horas: Carlos Carnicero asegura que existe un consenso de opinión en USA favorable a un proceso pacífico y ordenado en Cuba. Lo dice en La imprevisible reacción norteamericana, publicado hoy en El Plural.

+A a las 11 horas: Pirulo de Tapa del diario argentino Página/12 bajo el título FRITAS:
Hace tres años, cuando el gobierno francés se negó a apoyar la invasión a Irak, los tres restaurantes del Congreso norteamericano en Washington tomaron la decisión patriótica de cambiar el nombre a las papas fritas o “french fries”. En un gesto que trascendió al mundo, las rebautizaron como “papas de la libertad”, o sea “freedom fries”. Ahora los tres restaurantes decidieron volver al nombre original de las papas fritas en sus menús. No fue por motivos ideológicos: simplemente nadie pedía “papas de la libertad” porque no sabían de qué se trataba.

++A a las 12 horas: Jon Lee Anderson estuvo en Cuba recientemente y ha contado para The New Yorker la situación en la isla antes de la actual coyuntura. Lo cuenta en La última batalla de Castro.

+++A a las 12,30 horas: Testimonio reciente, esclarecedor y totalmente subjetivo sobre Fidel Castro según su amigo Miguel Bonasso en Página/12: Fidel y el dolor.

Noticia a las 16 horas: La opinión de don Manuel Fraga, ex presidente de la Xunta de Galicia: Es evidente que va a darse una transición meditada en Cuba. Hace votos porque nadie se equivoque en Washington, Miami y La Habana.

++++A a las 8 horas del 4-8-06: Escribe Gabriel García Márquez: El Fidel que yo conozco.

+++++A a las 13 horas del 4-8-06: Cuba-UE, una relación amor-odio, crónica desde Berlín para El Universal de Méjico.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Regímenes tan democrático como los de Marruecos o Haití, con genuino aval nortemaericano, gozan de la máxima libertad...de empresa.

Anónimo dijo...

No puede que los cubanos echen de menos esas prerrogativas señor Población, las echan de menos, echan de menos la misma libertad que tiene usted para escribir lo que escribe o para votar al partido que vote.

Anónimo dijo...

Castro acabó con el hambre y la ignorancia en su país y está contribuyendo a acabar con la ignorancia y la enfermedad en muchos países democráticos de su entorno.

Anónimo dijo...

Don Manuel Fraga comienza a distanciarse de Fidel Castro....

Anónimo dijo...

¡Hola! ¿Qué tal? Soy periodista de una importante agencia de noticias y nos ha llegado una alarmante profecía a nuestra redacción. Por su naturaleza, es obvio que no podemos publicar semejante información, más teniendo en cuenta el contenido de la misma. Aparentemente, es una profecía referida a la Argentina. A su vez, no queda claro de quién es la autoría de la misma. Algunos van desde el Cardenal Bergoglio, pasando por un rapto de misticismo de la política Carrió hasta llegar a decir que corresponde a algo escrito por Solari Parravicini.
La profecía es inquietante. Por favor, no dejes de leerla y pasarla a todos tus contactos por el bien de nuestra Nación. Ha recorrido ya medio país. Ojalá se difunda en todos lados y evitemos lo que se anuncia por el bien de todos. ¡Que Dios te ilumine!

La muerte del dictador: Una profecía inquietante

Escribo esto porque estoy angustiado, mejor dicho, aterrorizado. Simplemente no hay palabras para describir lo que siento. Desde hace varios meses, noche tras noche, tengo lo que yo llamo la misma visión. Si bien no podría explicar la diferencia no es un sueño común, ordinario… Es tan vívido, tan shockeante, que temo despertar con manchas de sangre en mi cuerpo, así de espantoso es. Es por eso que necesito dejarlo asentado, para que no me tomen por loco. Pero, además, para que la culpa no carcoma mi conciencia. De que no digan que no advertí de lo que estaba por suceder en las narices de todos y nadie, sin embargo, quiso ver.
Como cada noche, no bien me duermo, la visión se apodera de mí y me encuentro, de repente, en una gran plaza extrañamente familiar. Cuando de pronto, lo que comienza como un tenue murmullo alrededor mío se transforma en un estruendo infernal de miles que gritan y luchan entre sí. Hasta ahí todo es agobiante para mí que no entiendo qué hago ahí. Es entonces, como si no me hubiese percatado antes, cuando oigo nítidos disparos de armas de fuego entre la multitud. Mientras varios caen heridos fatalmente, la multitud se dispersa y alcanzo a ver lo que jamás imaginé. ¡En los postes de alumbrado público veo a personas ajusticiadas colgando de los mismos!
En mi desesperación, necesito hablar con alguien pero es como que nadie nota mi presencia. Es angustiante. Escucho decir que “se hizo justicia por mano propia”. Que los que cuelgan son los más genuflexos del séquito que se olvidaron de la gente. “Por suerte la Reina pudo escapar”, dice alguien por ahí como con tristeza, “le correspondía el mismo lugar que al Dictador” y señala con el dedo. Es ahí cuando advierto la extraña fascinación que ejerce en la masa uno de los colgados. Si bien está irreconocible por la sangre y los magullones, puedo distinguir con dificultad los rasgos del Dictador que gobernaba en las sombras y que sólo recién ahora refleja paz en su rostro inerte.
En ese momento la “película mental” se detiene y una voz sin sonido en mi conciencia me dice que “todo esto es necesario que acontezca para abrir las puertas del Amor y la Paz no sólo a nuestro pueblo sino al mundo. Que cuando se fomenta la división y el odio, se recibe, más temprano que tarde, lo mismo que sembramos. Que las cicatrices que llevamos como nación harán que seamos más humildes y que nos convirtamos en un faro de luz en el mundo ante los hechos que se avecinan”… De ese modo, cada vez que finaliza la visión, me despierto en las mañanas empapado en un sudor frío, temblando. ¡Es como si hubiese estado allí! Trato de convencerme a mí mismo diciendo que es sólo un sueño, nada más; pero cuando prendo el televisor y veo a la Reina y al Dictador hablando y gesticulando ajenos a la realidad que los circunda, la piel se me eriza…

Publicar un comentario