viernes, 21 de julio de 2006

Otra vez contra la guerra, pues sí

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Félix Población

Estos días atrás se han formulado acusaciones tan graves como intolerables contra el gobierno español. Lo de ayer por parte de un empresario judío que tanto irritó a nuestro ministro de Exteriores viene a ser una aplicación descomedida del mal ejemplo ofrecido por nuestra incivil oposición.

Si entre nosotros se está permitiendo tanto agravio suscrito por el Partido Popular contra el señor Presidente del Gobierno a cuenta del diálogo con ETA, es aún más de lamentar que el PP extrapole esa misma y burda estrategia a la política exterior de cara al mundo y cuando no dejan de perecer seres humanos en un país invadido.

Está fuera de todo sentido racional de la política y de la lógica de inteligencia, respeto y delicadeza que ha de presidir un asunto tan grave como la escalada militar en Oriente Medio acusar al señor Rodríguez Zapatero de antisemita. El Partido Popular, en su incendiario afán por desestabilizar al gobierno de la nación, no escatima falacias y ultrajes contra el ejecutivo en cuanto interpreta actitudes que no coinciden con las suyas.

Las suyas, en un pasado bien reciente, llevaron a España a colaborar en una guerra injusta contra Irak de la que se iba a desprender la paz y la democracia para aquel país, sumido hoy en un estado febril de terrorismo permanente. Las suyas, ahora, parecen estar nuevamente en contra, como entonces, de buena parte de la ciudadanía que ayer salió otra vez a las calles para protestar contra la matanza de civiles en el Líbano, Gaza y Cisjordania.

Este país y su gobierno no están contra el derecho de Israel a defenderse, sino contra el abuso desproporcionado de esa defensa. En nombre de la seguridad propia no se puede atentar contra las infraestructuras de una nación soberana y su población civil con la excusa de que en ese territorio halla refugio la milicia de Hezbolá.

Cabe preguntarse, ante la dilación de Estados Unidos y los organismos internacionales en lograr un alto el fuego, si esa destrucción y esa cotidiana masacre de ciudadanos libaneses, literal aplicación a gran escala de lo que ocurre en los territorios palestinos, no es fiel reflejo del afán expansionista judío y su nula voluntad de llegar a una solución pacífica del conflicto.

El ataque a Líbano es una reedición del sufrido en 1982. Para quienes no lo recuerden, aquello acabó con la matanza de 3500 refugiados palestinos en Sabra y Chatila, en su mayoría ancianos, mujeres y niños, de la que dio cuenta el dramaturgo Jean Genet en un escalofriante testimonio literario, y la permanencia de Israel en suelo libanés durante tres años. Murieron entonces en total 18000 personas, casi todas civiles.

Para que eso no se repita salieron ayer a la calle los españoles en diversas ciudades del país, horas después de que el Partido Popular reclamase al gobierno que los representa que no autorizase esa convocatoria antisemita.

RedDiario Actualizado

Artículo: Peter Philipp critica en Deutsche Welle la miopía de Bush al dar luz verde a Israel para que prosiga en sus ataques al Líbano.

+A: Rotunda carta de John Berger, Noam Chomsky, Harold Pinter y José Saramago En defensa del pueblo palestino.

Noticia: Lo previsto y hasta ahora permitido: Israel prepara una invasión masiva del Líbano.

++A: Testimonios en directo: ¿Dónde están la ONU y la UE? Nos están matando y nadie hace nada.

+++A: Para Peter Hirschberg, de IPS, Olmert pretende más que el rescate de los soldados, secundado por Bush.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El recuerdo de la anterior invasión da pie para creer que Israel saldrá ganando garcias a la excusa que le ha dado Hezbolá, pero también habría que preguntarse qué hubiera sido de las reivindicaciones palestinas a lo largo de estos años si no hubieran contado con la resistencia armada.

Anónimo dijo...

La resistencia la inició Arafat y sin él no habría posibilidad de Estado palestino. Hoy ese sueño está casi tan lejos como cuando empezó Arafat su lucha.

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