jueves, 6 de julio de 2006

Irak, Palestina: La vida no vale nada

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Félix Población

La imagen es de cuando una país poderoso, hace tres años, invadió a otro cuyo poder se remontaba al de los ríos de cultura del principio de la civilización. Ya sé que la metáfora es inasumible por los culpables, que pecan de todas las ignorancias. Sólo la codicia les inflama. Sus ojos sólo aciertan a leer en las cuencas oscuras del negro manantío subterrano que fluye desde los fondos de aquella tierra con ríos de sangre a la luz de los días. La fotografía obtuvo un renombrado premio internacional y BBC la ha puesto en Red para reconsideración de sus lectores. Tan descarnado registro gráfico ha encontrado en las pupilas de quienes se avergüenzan de toda barbarie hondas y plurales impresiones. Me quedo con la de Ismael, de Madrid, que da a la infamante capucha del prisionero iraquí, alojado en la intemperie de ese desierto desolado cercado por alambres de espino, el carácter de ceguera que mueve al Imperio para vulnerar todas las leyes que preservan y defienden la dignidad humana. El soldado iraquí cautivo pasa con delicadeza su mano por la frente de su hijo como para consolarle y protegerle de la relumbrante infamia a la que asisten sus ojos. Ese amoroso gesto es lo único que puede entender el niño. Por amoroso, criará en su corazón posiblemente la semilla del odio contra la causa de tan inexplicable ofensa como es privar de paz y abrazo el corazón de las familias. La semilla es idéntica entre el Tigris y el Éufrates que entre las arrasadas ciudades y aldeas palestinas. La estamos viendo crecer entre el silencio y la impotencia de los organismos internacionales:

La vida no vale nada
si escucho un grito mortal
y no es capaz de tocar
mi corazón que se apaga
.
(Pablo Milanés)

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena cita, Población.

Anónimo dijo...

Por la vida merecen escribirse esas cosas, gracias, amigo.

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