jueves, 6 de julio de 2006

¿Estará Benedicto XVI hecho un lío con su iglesia de España?

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Lazarillo

Hace un par de días nos hacíamos eco del silencio de la iglesia española respecto al diálogo con ETA. Parecía poco evangélico que ante la expectativa del cese de la violencia en el País Vasco los respetables monseñores sólo mostrasen públicamente sus oraciones por la unidad de España. Si a eso uníamos que Su Santidad había manifestado su deseo de que las conversaciones con los terroristas acabaran con el chantaje, la coacción y la muerte, el silencio de los señores obispos resultaba aún más flagrante.

Poco después, la máxima autoridad de la Conferencia Episcopal Española, con motivo de una visita a Roma que siguió a la de su colega Rouco con audiencia papal incluida, fue entrevistado por una publicación católica tan caracterizada como Famiglia Cristiana, sin que conste si monseñor Blázquez estuvo o no con el pontífice. En la entrevista se refirió el arzobispo de Bilbao a la necesidad de que los partidos políticos se empeñen en el diálogo con ETA para acabar así con la lucha armada de esta organización.

Sólo el abertzalismo radical y la propia banda se refieren con ese término al historial de extorsiones, secuestros y asesinatos perpetrado por los etarras, por lo que cabe afirmar que el arzobispo de Bilbao se ha pasado unos pueblos en su débito con la grey de su diócesis. En línea con la comprensiva actitud hacia el nacionalismo de cualquier signo de los pastores que presiden la iglesia vasca, sería teóricamente probable que el presidente de la Conferencia Episcopal debería obtener en el día de la fecha las merecidas críticas de parte de la emisora que su institución sufraga para desestabilizar al actual gobierno.

Lo que mi candidez no podrá nunca entender es cómo Benedicto XVI casará en su fuero interno, con la aguda inteligencia de teólogo de que le ha abastecido la providencia, las actitudes de sus dos cardenales Rouco y Cañizares orando por la unidad de España, la de Blázquez calificando a los etarras de luchadores y la de la COPE episcopal poniendo verde por semejante apelativo a quien preside la institución de la que depende la emisora radiofónica.

No sé, a lo mejor la infalibilidad de la que está poseído en calidad de pontífice y la propia experiencia del Vaticano a lo largo de su larga historia es capaz de dirimir éstos y aún mayores dilemas.

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AR: Lean el de Marcello, publicado en Estrella Digital el pasado 29 de junio, bajo el sugerente epígrafe que hace al caso: Cisma episcopal.

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