viernes, 30 de junio de 2006

Un chileno torturado confronta a su torturador con la verdad

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Melibea

Acabo de releer por motivos que no vienen al caso Miguel Litín clandestino en Chile, el magnífico reportaje periodístico que don Gabriel García Márquez elaboró sobre unas cuantas horas de conversación con el director de cine chileno a propósito del notable film que éste rodó en su país en plena dictadura (1985). Aquello fue, en palabras de Litín, como ponerle un rabo de denuncia de veintitantos mil metros de celuloide al propio general Augusto. Aconsejo el libro a quienes no lo hayan leído y paso a relacionarlo en cierta medida con lo que ha hecho don Héctor Salgado con quien fue su torturador durante la represión que siguió al golpe militar. Salgado sólo tenía dieciséis años cuando un oficial de la Marina que hoy pasa de los sesenta le ordenó gatear, pateándolo en las costillas y el estómago. Ocurrió en el estadio de Talcahuano. La historia del trabajoso reencuentro en el Chile de Bachelet no sólo la cuenta Nick Miroff en un detallado artículo que traducido al español publica PiensaChile, sino que ha sido reflejada por la microcámara oculta que llevaba Salgado disimulada en su corbata durante la entrevista de la recordación. Al episodio que tan directamente le afecta ha unido Salgado el de quien fuera máximo juez del llamado Tribunal de Guerra de Talcahuano, responsable de la muerte de su mejor amigo, también adolescente en aquel oscuro periodo de crímenes. Héctor Salgado, que hoy tiene 49 años, considera muy justo lo que hace: No voy a golpear a nadie, no voy a destruir a nadie. Voy a confrontar a los culpables con la verdad.

2 comentarios:

MARIA dijo...

Nunca es tarde para saber mas sobre toda esta miseria q golpeo latinoamerica

Anónimo dijo...

Sobre todo cuando la justicia es más retardataria que nada.

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