ERC se junta al PP al margen del Estatut

Lazarillo

La actitud de Esquerra Republicana de coincidir con el Partido Popular en votar contra el nuevo Estatut de Cataluña viene precedida de una solicitud a sus bases, por parte del señor Carod, a favor del voto nulo. Mucho me temo que esa falta de resolución previa a una consulta electoral no va a pasar desadvertida a los ciudadanos de aquel país.

Se dice ahora que como consecuencia de esa última decisión del partido independentista -más independentista que republicano o de izquierdas-, el honorable President y los socialistas catalanes estudian la posibilidad de convocar elecciones anticipadas y posponer la celebración del referéndum para la aprobación del Estatut. Sería un despropósito cambiar el calendario con ese fin y plegarse a una vacilante toma de postura partidista, pese al asentamiento en la Generalitat de quienes la han suscrito.

Sí sería obligado llevar a los ciudadanos a las urnas después del 15 de junio, dado que ERC no puede estar representado en un gobierno sin compartir las bases por las que ha de regirse. Esos comicios, si los resultados del referéndum fueran los que cabe esperar del sentido del equilibrio que tiene el carismático seny catalán, no iban a favorecer precisamente a los postuladores del voto negativo.

El otro día contó don Alfonso Guerra el enredador en el hotel Villamagna de Madrid, con motivo de un premio que le concedió la Fundación Abril Martorell, que el mayor error del Partido Popular en el Parlament de Cataluña fue su propuesta de que se votara el texto del Estatut a mano alzada.

Daba por supuesto el presidente de la Comisión Constitucional del Congreso que esa votación pública favoreció la disciplina de voto en detrimento del voto secreto y en conciencia. ¿Quiso con ello indicar que sin las manos de por medio algunos diputados socialistas hubieran coincidido con el PP en el rechazo? ¿O más bien que en el Partido Popular, promotor de la fórmula, tampoco andaban muy seguros de lo que depararía la conciencia de sus señorías?

La interpretación de una u otra suposición queda a juicio de las fuentes, pero hasta ahora los hechos son los que son y es el PP el que ha perdido aliento en Cataluña. Utilizar su mismo mensaje en una papeleta, aunque sea en sentido contrario, puede dejar a Ezquerra Republicana en lo que era antes de que el último gobierno de don José María Aznar la catapultara a un protagonismo político que estimo excesivo en proporción con la verdadera realidad de aquel querido país.