sábado, 6 de mayo de 2006

Mohamed VI nombra a un Jeque franquista para el Sahara

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Melibea del Huerto

Se llama Jalihenna o Khalienna Uld Errachid y en 1974 ya sirvió al gobierno de Franco como agente para dividir al Frente POLISARIO mediante un supuesto partido nacionalista. La circunstancia le sirvió para arramplar con la caja de caudales y no reaparecer hasta ahora como Presidente del Consejo Consultivo para los Asuntos del Sahara, título con que le ha honrado el rey de Marruecos. Quizá repita sus intenciones divisorias como Jeque al servicio del monarca y en pro de los intereses coloniales de quienes le pagan. José Taboada Valdés, presidente de CEAS-Sahara, le augura muy poco provecho en su cargo, pues la solución al conflicto pasa legal y legítimamente por el reconocido derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Así las cosas, es posible que a Jalihenna sólo le quepa repetir lo que bien sabe: coger el dinero e irse. Merece la pena leer lo que sigue, reflejo de lo que pasa, según el señor Taboada, y no se refleja apenas en los MCCM (Medios Convencionales de Conformación Masiva).


Un viejo conocido llama a la puerta


Agradece Jalihenna Uld Errachid a las Asociaciones de Amigos del Sáhara el trabajo que se toman ayudando a los saharauis de los campamentos de Tinduf. Si no fuera por el conocimiento que tenemos del personaje resultaría hasta agradable que el pomposamente titulado Presidente del Consejo Real Consultivo para los Asuntos del Sáhara (CORCAS) reconociese el esfuerzo de tantas miles de personas que durante tantos años han hecho llegar a los más abandonados del conflicto del Sáhara su apoyo y solidaridad.

Pero, desgraciadamente para él, Jalihenna o Khalihenna es un personaje bien conocido por los españoles- y mucho mejor por los saharauis. Este vividor de la politiquería es un profesional de la estafa y el latrocinio. Su historial empieza como agente del gobierno de Franco en el año 1974 encargado de la creación del PUNS, un supuesto partido nacionalista saharaui, cuya misión no era otra si no la de intentar forzar la división entre el pueblo saharaui para evitar la emergencia plena del Frente POLISARIO. Su fidelidad a los patrones de turno fue superada por su amor al dinero y a la estafa: cuando menos se lo esperaban el Sr. Khalihenna se fugó con la caja del partido y de esa manera puso fin a su primera aventura como agitador y líder de pega. A partir de entonces su carrera al servicio de la casa reinante de Marruecos le ha brindado distintas ocasiones para seguir forrándose, única y verdadera pasión de este hombre. De sobra son conocidas sus actividades en el Aaiún y el periodo en el que nombrado secretario de estado de asuntos saharianos- abruptamente cesado por el descaro con el que dedicaba su tiempo a sus negocios privados-. Estafas a empresas españolas que llenaron los armarios de los juzgados de Canarias, cobros a familias saharauis para obtener preciados permisos de importación o papeles que les permitiesen salir del territorio. Sus continuos desmanes nunca parecían tener final.

Hoy Khalihenna toca el cielo con sus manos. Su majestad Mohamed VI le acaba de nombrar Presidente del Consejo Consultivo para los Asuntos del Sáhara. Este nombramiento real le ha dotado de supuestos poderes para autoerigirse como Jeque encargado de poner paz entre los distintos sectores del pueblo saharaui. Desde tan alto pabellón Khalihenna interpreta el papel de hombre de paz venido a poner orden en el territorio y a ofrecer a unos y a otros el insobornable carisma de un hombre hecho a si mismo y libre de pecados. Ofrece la reconciliación a aquellos que están reconciliados de siempre; presume de manos libres para invitar al regreso a los territorios ocupados a todos los desplazados en los campamentos de Argelia; se interpreta a si mismo como la persona indicada para abrir el actual escenario diplomático superando incluso el papel del mismo Secretario General de Naciones Unidas. Pero dejando claro siempre que él no es más que un enviado del Rey de Marruecos, que en definitiva es el único que puede garantizar tales maravillosos compromisos.

Sus primeros pasos los ha dado en el interior de Marruecos y especialmente en los territorios ocupados. Suele aparecer en los programas estrellas de la televisión como el hombre que la situación exige. No ha sido capaz todavía ni de entregar el primer borrador de la supuesta autonomía del Sahara Occidental y todo su esfuerzo se dedica a tratar de conseguir de nuevo millonarios presupuestos para su “nuevo PUNS” para salir pitando de nuevo a otros horizontes tan pronto la situación se lo permita. De momento se conforma con colocar en el Corcas a personas de su circulo, incluyendo curiosamente a algún que otro muerto que de esa forma resucita a efectos de cobrar las jugosas dietas, que por supuesta él mismo Khalihenna se ocupará de embolsarse personalmente ¿Quién le va a reclamar?.

Lo que él no ignora es que el recorrido de tan insigne nueva institución es tan corto como su vergüenza. De abrirse eventualmente un periodo de conversaciones directas entre las partes que no son otras que el reino de Marruecos y el Frente POLISARIO su papel sería inmediatamente amortizado. De proseguir el actual escenario de impasse diplomático él nunca seria interlocutor de ninguna institución ni gobierno. De producirse un nuevo periodo de hostilidades de naturaleza militar sería retirado inmediatamente del circuito pues su mensaje de hombre de paz resultaría irrelevante. Sabiendo de su veteranía política no resulta extraño que su orden del día sea, como hace más de treinta años “toma el dinero y corre”.

La pregunta sigue siendo la misma de siempre ¿Cómo pretende Marruecos que Naciones Unidas traicione su política de reconocimiento del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui? Ya les ha sido dicho de todas las maneras: cualquier avance, cualquier salida debe inscribirse en el marco del debido respeto a ese derecho. No vale con la supuesta “benevolencia del Rey” ni con las ofertas descafeinadas de un supuesto marco de autonomía a la “española”. Nadie, ni siquiera el Frente POLISARIO, puede renunciar al derecho a ejercer su autodeterminación pues ese derecho corresponde ineludiblemente al conjunto del pueblo saharaui. Dicho de otra forma: Naciones Unidas no puede dar curso de ninguna manera a ningún plan de alguna de las partes o de todas ellas que margine ese principio. Naciones Unidas podrá insistir en la apertura de negociaciones directas; podrá influir y tratar de forzar acuerdos con tanta energía como tenga- después de ser incapaz de llevar a la práctica su propio Plan de Arreglo poca fuerza le debe quedar ya a este respecto-. Pero nunca podrá traicionar sus propias resoluciones y su Carta. Tan es así que después de la última resolución ni siquiera puede entrar a debatir cualquier proyecto inspirado en ofertas de autonomía dentro del marco de una supuesta soberanía marroquí de los territorios. Podría llegar a plantearse un abandono de la Minurso y un deslizamiento hacia la inacción total sobre el dossier Sáhara. Pero el reloj de la ONU no puede marcar nunca las horas hacia atrás como pretenden Marruecos y alguno de sus aliados.

La política marroquí en estos momentos sigue siendo la de intentar quebrar la legalidad internacional por la fuerza de los hechos. El cálculo es: cuanto mas tiempo tengamos empantanado el proceso más posibilidades hay de que el pueblo saharaui se aburra y se canse; más oportunidades de que en ese caldo de cultivo surja una oposición interior que les cree dificultades. Más gente solidaria y generosa de España y otros países que empiecen a preguntarse sobre el buen fin de las cosas. Están poniendo muchos instrumentos al servicio de esa estrategia. Nunca tantos saharauis han sido tentados de formas tan distintas al abandono y la traición. Nunca se habían intentado formas tan llamativamente “reconciliatorias”. Hoy los servicios marroquíes tratan de combinar las técnicas del palo y la zanahoria. Pero con tan escasos resultados y con tantas complicaciones que mucho nos tememos que de día en día sea mayor el palo y menor la zanahoria. El utilizar a la desesperada a elementos tan notoriamente nocivos y tan desacreditados como el propio Khalihenna Rachid indica con claridad el final de una etapa iniciada hace poco más de dos años bajo la dirección de la inteligencia francesa que ha movido, a veces con métodos directamente inspirados en su vieja experiencia argelina, muchos recursos humanos dedicados a dividir y a explotar el cansancio y la debilidad de algunas personas.

Ahora intentan replicar este modelo en España y están poniendo en marcha, bien que con torpeza, iniciativas del mismo porte que buscan desacreditar a los militantes saharauis y a sus amigos. La campaña de cartas del Corcas es un buen ejemplo de ello. Con un lenguaje de supuesta bonhomía Khalihenna pretende hacer llegar al movimiento solidario hispano-saharaui un mensaje de reconciliación y diálogo. Otros elementos de la misma campaña se especializan en el intento directo de boicotear los actos de solidaridad. Es muy difícil que consigan su objetivo. El movimiento de solidaridad español con el Sáhara y con el pueblo saharaui está ampliamente representado y consolidado en cientos de localidades e instituciones. Está ampliamente relacionado y con línea directa con las familias de Tinduf y las de los territorios ocupados. El mismo día 8 la activista Aminetu Haidar, símbolo de la intimada saharaui, recibirá el importante Premio Juan María Bandrés concedido por CEAR, en reconocimiento a su lucha incansable en defensa de los Derechos Humanos en las zonas ocupadas en el Sáhara Occidental.

Desde hace más de un año la bandera de la RASD ondea gallardamente en los barrios de Aaiún, Bojador, Dajla y Smara. La intifada saharaui ha sorprendido a propios y extraños. A pesar de las dificultades para que su voz nos llegue- cierre de fronteras a la prensa y a las instituciones- es posible hoy recibir información independiente procedente de las zonas ocupadas. Sabemos de día en día las detenciones que se producen, las torturas que se practican. También conocemos debidamente la vida de los saharauis en los campamentos de refugiados. Cualquier español puede visitarles con plena libertad en cualquier momento; miles de familias españolas tienen vínculos directos con familias saharauis. Su voz es común: fuera Marruecos de las zonas ocupadas. Fuera la represión, la cárcel y las torturas. Viva el Frente POLISARIO y la Republica Saharaui.

No nos pida después de 30 años que traicionemos a nuestros hermanos saharauis, porque sería traicionarnos a nosotros mismos. Se dice que en el desierto no cabe la mentira y que no se entiende la palabra si no va acompañada del honor. Los saharauis tienen a gala esa virtud y nosotros también.

+NR: Jalihenna pide al POLISARIO que reconozca que la RASD es un espejismo que no existe. Noticia de Europa Press.

+NR: Los dirigentes independentistas auguran una escalada de la tensión en la zona.

+NR: Aminattou Haidar, defensora de los Derechos Humanos: Francia y España impiden el referéndum.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La buena voluntad de los saharauis ha sido pisoteada hasta ahora. ¿Qué hace falta para que sus derechos se respeten?

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