jueves, 2 de marzo de 2006

Archivo de la Guerra Civil: Expolio a la italiana

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Félix Población

Desde la distancia parecen aún más grotescos los asuntos patrios que ya de por sí lo son desde la proximidad. El señor alcalde de la muy antigua e ilustrada ciudad de Salamanca, a cuyo presupuesto se ajustan los deterioros que sufre el medallón del extinto caudillo Franco que deshonra la vistosa Plaza Mayor del municipio, ha decidido hacer de su guerra con el Archivo General de la Guerra Civil materia de callejero. Como ocurriera después del desgraciado conflicto que abatió a España en la tragedia por culpa de una panda de militares africanistas ociosos, el señor Lanzarote echa mano de las calles para bautizarlas a su modo, acaso con el insano propósito de pasar a la historia por cerril y demagógico antes que por buen gestor del ayuntamiento en que ordena y manda.

Con la decisión de llamar Calle del Expolio a la que hasta ahora se llamó de Gibraltar, por hallarse sito en la misma el centro documental aludido, don Julián acaba de suscribir la inexistencia de tal entidad archivística. Dense los trabajadores de esa casa por lo tanto, pese a su condición de probos contribuyentes salmantinos a cuyos impuestos deben el alcalde y todos sus ediles la soldada, por sujetos elípticos o ausentes en tanto que carecen de función laboral, pues sobre nada tienen oficio ni competencia. Todos ellos y la dirección que los comanda son a partir del día de la fecha una suerte de funcionarios fantasmas a los que la máxima autoridad ciudadana ha privado de sentido.

Como tal acontecer ha sucedido por la vía de urgencia, como si al señor Lanzarote le urgiera dejar entre paréntesis y en el vacío a los protagonistas de la nómina del Ministerio de Cultura adscritos al Archivo General de la Guerra Civil Española, tal parece que con su actitud el alcalde de la ciudad del Tormes pretendiera cerrar la posibilidad de porvenir que ese centro tendría como gran institición documental según las previsiones y promesas suscritas por el actual gobierno de la nación.

Don Julián ha anulado con unos simples baldosines de cerámica la función que viene desarrollando el AGGCE y la dignidad y consideración que se merecen sus trabajadores. Ya que para el alcalde de Salamanca no existe tal Centro y sus operarios no tienen ocupación pues se la han expoliado, bien podría el gobierno central argumentar que como su proyecto no se puede erigir sobre lo que no es nada ni los que nada cuentan como funcionarios del Estado, mejor será darlo por olvidado en atención a los deméritos contraídos con su comportamiento absurdo por la máxima autoridad del municipio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esa es la derecha que tiene Castilla y el pais, esa es la derecha que se va rehaciendo desde el 2004.

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