martes, 7 de febrero de 2006

Las viñetas de Mahoma como provocación

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Félix Población

En un momento en que Occidente cuestiona a Irán su industria nuclear, reciente todavía la sorprendente y rotunda victoria de Hamás en las elecciones palestinas y con el conflicto de Irak cada vez más enconado, la publicación de unas viñetas ofensivas contra Mahoma en un diario danés de segundo orden ha levantado una ola de indignación en el mundo musulmán cuya virulencia, pese a sus excesos, era perfectamente calculable.

La mayoría de los Medios occidentales se han planteado la cuestión como un debate entre la libertad de expresión y el respeto a las creencias religiosas. Sólo uno, a mi entender, el Financial Times, rebasó entre los que conozco esa disyuntiva con una frase que va más allá de esos focos de atención: la libertad de expresión es un derecho, pero el sentido común es un deber.

Posiblemente, de no mediar un rastreo muy intencionado en la búsqueda del conflicto, esas burdas caricaturas no hubieran alcanzado la dimensión que nos ocupa. Se publicaron hace meses en un periódico danés de precaria influencia, afín al parecer a uno de los partidos de ultraderecha que apoyan al gobierno liberal que administra aquel país desde hace un par de años. El llamado Partido del Pueblo Danés cuenta con un 13 por ciento de apoyo popular y un líder, un tal Kjaersgaard, al que se le atribuye esta sintomática frase: No permitiremos flaquezas al gobierno en temas de inmigración.

No es difícil interpretar en esa máxima el cariz xenófobo que distingue a la citada formación política. Es muy significativo que después de varios meses de callado reposo en la indiferencia de las hemerotecas, un oculto resorte se ponga en marcha, sirviéndose de los información electrónica al uso, y rescate esas viñetas en un coyuntura geopolítica marcada por el ascenso del movimiento islamista en Palestina y el contencioso nuclear en Irán.

Desde un país nórdico, distante en cierto modo de la órbita más comprometida del supuesto conflicto de civilizaciones, se ha provocado con pasmosa facilidad una crisis diplomática de envergadura que sólo favorece a los extremismos en danza. Los polos opuestos del neoconservadurismo occidental y el fanatismo islamista se sienten atraídos por ese tipo de refriegas.

Sólo ellos tienen algo que ganar en pugnas de ese carácter. Por eso conviene afirmar nuestros derechos cívicos, basados en los fundamentos que garantizan nuestra libertad y tolerancia, para que nada ni nadie trate de hacernos perder el sentido común que ha de presidir como deber esos derechos. Gracias precisamente a ese sentido podemos intepretar la actualidad al margen de los pensamientos únicos que se estilan como doctrina de unos y de otros.

Noticia relacionada: Un diario ultraconservador iraní de gran difusión amenaza con publicar viñetas a favor del Holocausto judío.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Fue la prensa francesa, sobre todo, la encargada de dar mayor publicidad a un hecho que debería haber quedado más circunscrito. Levantar un debate sobre la libertad de expresión partiendo de una caricatura me parece sobredimensionar un asunto menor.

Anónimo dijo...

Convendría parar esa bola de nieve antes de que ponga mucho peor las cosas.

Anónimo dijo...

Confiemos en que este tipo de provocación no se consagre como método,

Anónimo dijo...

Montaje tras montaje se conquista el mundo.

MEZQUETILLASVK dijo...

Diana compañero.

Una fotocopia con otro estilo de lo que pienso yo.

Un abrazo

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